miércoles, 14 de octubre de 2020

Hª de España. Bloque 5. La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833): Liberalismo frente a Absolutismo

0. Introducción. España en la Crisis del Antiguo Régimen

 

Durante el siglo XVIII, España, al igual que la mayoría de los países europeos, experimentó un crecimiento demográfico y económico importante: la población pasó, en un siglo, de 7,5 millones de habitantes a 11 millones, lo que reflejaba una mejora de la producción y de las condiciones de vida.
Sin embargo, España sigue anclada en viejas formas de vida y de organización social, sufre frecuentes y periódicas crisis de subsistencias. Las relaciones feudales impedían el progreso y el crecimiento sostenido de la riqueza. Los campesinos no poseían la tierra y la población que sobraba en el campo no encontraba empleo en la raquítica industria. Además, la situación internacional era terriblemente complicada debido a los conflictos bélicos.
El medio rural acogía al 70% de la población, siendo la agricultura el principal sector productivo del país. El 60% de la tierra cultivada era de propiedad señorial, del clero y de la nobleza. Otra parte importante era de uso comunal de los concejos. Predominaba la gran propiedad trabajada por un campesinado que pagaba como arrendamiento la mayor parte del producto de la tierra a los señores o instituciones propietarias y que, además, debía afrontar el pago de los impuestos al Rey y a los Señores, así como del diezmo a la Iglesia.
Así, la agricultura no podía progresar. Había poca producción sobrante para vender y el campesino difícilmente podía comprar nada, la mayor parte de la población no tenía medios para adquirir mercancías y, por tanto, España no podía desarrollar una industria y un comercio a gran escala. En aquellos años del cambio de siglo se produjeron abundantes agitaciones populares y protestas desesperadas ante la escasez y la carestía.
La Nobleza ocupa en exclusiva los altos cargos políticos y militares, destacando, entre ellos, los Grandes de España. Su relevancia social se debe al dominio señorial sobre las tierras y los oficios y cargos administrativos.
La Iglesia es extraordinariamente rica e influyente. Posee en Castilla la cuarta parte de las rentas agrícolas, abundantes tierras y bienes inmuebles y controla la educación.
La Burguesía es una clase social minoritaria en España que se beneficia del comercio colonial con América y es profundamente crítica con la ineficiencia del estado absolutista y los privilegios de la nobleza pero desprecia al pueblo llano.
El Estado absolutista sufre de déficit crónico, ya que gasta más de lo que ingresa, lo que genera una abundante Deuda Pública. Los Ilustrados propondrán la modernización del sistema fiscal de forma que todos los territorios de la Monarquía y todos los grupos sociales contribuyan de la misma forma; el proyecto, conocido como la Contribución Única, no se llevó a cabo y se va abriendo paso la idea de la Desamortización, que consistía en la expropiación de por el Estado de las tierras pertenecientes a clero y a mayorazgos, las “manos muertas”, en pública subasta.
El Reformismo Borbónico, durante el siglo XVIII, trae la difusión de las ideas ilustradas de Francia y cierta modernización social y cultural del país. Sin embargo, a finales de siglo, es clara la conciencia de la agonía del Antiguo Régimen en España. Los Borbones no supieron o no pudieron detenerla y, a pesar de su apuesta por la modernización, arruinaron el país en su vano intento de asumir el papel de gran potencia.
 

1. El impacto de la Revolución Francesa: las relaciones entre España y Francia. El estallido de la Guerra de Independencia

 

En 1788 asciende al trono Carlos IV que tendrá que afrontar el cataclismo que, para todas las monarquías de la época, supuso el estallido de la Revolución Francesa en 1789. Carlos IV y su ministro Floridablanca intentaron evitar cualquier “contagio” revolucionario mediante un férreo control en las aduanas y una estricta censura, suspendiendo la publicación de numerosos periódicos.
En 1792, Manuel de Godoy, representante del despotismo ilustrado y partidario de reformas económicas y educativas, es nombrado Secretario de Estado por el Rey.
La ejecución del rey francés Luis XVI, en enero de 1793, provocó la creación de una coalición internacional, a la que se une España, que declara la guerra a Francia, la denominada Guerra de la Convención. La guerra acaba con la derrota militar española y la firma de la Paz de Basilea, por la que nuestro país aceptó la pérdida de la parte española de la isla de Sto. Domingo, y la vuelta a la tradicional alianza con Francia contra Inglaterra. Esta alianza se selló en el Tratado de San Ildefonso, firmado en 1796 y conllevó graves consecuencias con respecto a las colonias americanas, ya que Inglaterra colapsó el comercio español con América, gracias a la superioridad de su flota.
Las derrotas contra Inglaterra llevaron a Carlos IV a cesar a Godoy de su cargo hasta 1801, año en el que vuelve al poder, comandando al ejército español en la “Guerra de las Naranjas", victoria sobre Portugal, fiel aliada de Inglaterra. En 1804, el Emperador francés, Napoleón Bonaparte, declara de nuevo la guerra a Inglaterra. Con la derrota de la armada franco-española frente al almirante inglés Nelson en Trafalgar en 1805, se va generando en España un fuerte movimiento opositor contra la política de Godoy y la dependencia respecto a Francia. La derrota naval de Trafalgar había acelerado la crisis económica, tras la drástica disminución del comercio con América, la disminución de los ingresos aduaneros de la Corona y el aumento del enorme déficit del Estado y avivaron la oposición de todos los sectores sociales del país. De la nobleza, por su desprecio a un advenedizo como Godoy, del clero por su oposición a la desamortización de sus bienes y del pueblo por las calamitosas condiciones de vida. Se comienza a fraguar un grupo de oposición en torno al Príncipe de Asturias, el futuro rey Fernando VII.
A pesar de todo lo anterior, Godoy sigue secundando las órdenes de Napoleón y, con la firma del Tratado de Fontainebleau en 1807, autorizaba la entrada y el establecimiento de tropas francesas en España con el propósito de invadir Portugal. En los primeros meses de 1808, se hizo evidente para todo el mundo que el ejército francés tenía como objetivo no confesado ocupar España, lo que provocó, el 19 de marzo de 1808, el estallido del Motín de Aranjuez, motín popular instigado por los partidarios del Príncipe de Asturias, que culminó con la caída de Godoy y obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo con el título de Fernando VII, decisión de la que se arrepintió pronto, intentando recuperar la corona. Esta coyuntura fue aprovechada por Napoleón que se presentó como árbitro entre padre e hijo, convocándolos a una reunión en la ciudad francesa de Bayona, dónde los forzó a abdicar en su hermano José Bonaparte.
Goya. La Carga de los Mamelucos
Las abdicaciones de Bayona y la evidencia de la invasión francesa alimentan el descontento del pueblo español. Será el famoso 2 de mayo de 1808, el día en que se inicie, en Madrid, la rebelión contra el invasor que conocemos como la Guerra de la Independencia (1808-1814). El 2 de Mayo se caracteriza por ser un levantamiento popular protagonizado por miembros de las clases trabajadoras, en su mayoría, y supone, por ello, la aparición de las masas en la vida política española. Los franceses lograron controlar la capital reprimiendo con dureza a los madrileños pero no consiguieron evitar la extensión de la rebelión a otras localidades españolas.
El exilio de los Borbones y el rechazo a José Bonaparte produjeron un vacío de poder que posibilitaría la quiebra del Antiguo Régimen en España. Para hacer frente al invasor, se constituyen las Juntas Provinciales, que asumen la soberanía en nombre del rey ausente. En septiembre de 1808, las Juntas Provinciales se coordinaron y se constituyó la Junta Central Suprema, presidida por Floridablanca, que se estableció como órgano de gobierno, refugiándose de los invasores en la Isla de León en Cádiz. Pese a que gran parte de los miembros de estas juntas eran conservadores y partidarios del Antiguo Régimen, la situación bélica provocó la adopción de medidas revolucionarias como la convocatoria de Cortes extraordinarias en Cádiz, acto con el que iniciaba claramente el proceso revolucionario. Finalmente, en enero de 1810, la Junta cedió el poder a una Regencia, lo que no paralizó la convocatoria de Cortes.
Goya. El "Empecinado"
Mientras, tratando de atraerse a la opinión ilustrada, el nuevo monarca José I publicó el Estatuto de Bayona, Carta Otorgada, que concedía algunos derechos más allá del absolutismo. Los seguidores de José I son, fundamentalmente, miembros de la Administración que continúan en sus cargos, aunque también hay intelectuales como Moratín. Se les conocerá como “Afrancesados” y justificarán su apoyo a la ocupación francesa en la imposibilidad, a su juicio, de ganar la guerra. De ahí que fuera preferible, en su opinión, que se mantuvieran la unidad de España y sus colonias bajo el nuevo monarca y que se emprendieran las reformas que necesitaba el país siguiendo el modelo francés. Entre estas reformas destacaron la desamortización de los bienes de los conventos, una reforma fiscal y la eliminación de las aduanas interiores. En cualquier caso, estas medidas fueron más tímidas que las que promulgadas por las Cortes de Cádiz.
El desarrollo de la guerra pasó por varias fases. Inicialmente, las tropas francesas intentaron sofocar los levantamientos urbanos surgidos por todo el país con acciones como el sitio de Zaragoza. Sin embargo, la resistencia española era tenaz y logró triunfos significativos como la victoria de Bailén en julio de 1808. Además, un ejército expedicionario británico al mando del Duque de Wellington ocupaba Lisboa. La situación era difícil para los invasores y José I tuvo que abandonar Madrid.
Para poner fin a la insurrección, el propio Napoleón vino en otoño a la península, al frente de un ejército de 250.000 hombres (la famosa Grand Armée), ocupando la mayor parte del país (Madrid, por ejemplo, fue tomada de nuevo el 4 de diciembre). Los intentos de contraataque del ejército español fueron infructuosos y culminaron en derrotas como la de Ocaña en 1809. En 1810,  Andalucía era conquistada por los ejércitos de Napoleón, salvo Cádiz que permanecía al margen del dominio francés gracias a la protección de la Marina británica.
La resistencia española entre 1809 y 1811 está protagonizada por la "guerra de guerrillas" La guerrilla, invento español, consistía en pequeños grupos que actuaban en retaguardia, atacando convoyes o pequeños destacamentos y aprovechando el conocimiento del terreno y el apoyo del pueblo. Aunque muchas estaban formadas por militares, abundaron las compuestas por civiles.La acción guerrillera impidió a los franceses controlar de facto un territorio que, en teoría, dominaban. En la práctica, establecieron guarniciones en puntos estratégicos para evitar la reorganización del ejército español. 
A partir de 1812, la situación cambió debido a la decisión de Napoleón de invadir Rusia. Para llevar a cabo la campaña de Rusia tuvo que retirar tropas de otros frentes como España, lo que fue aprovechado por ingleses y españoles. En verano de 1812, el ejército de Wellington, apoyado por españoles y portugueses, inició una ofensiva desde Portugal hacia el Noreste, infringiendo sucesivas derrotas a los franceses (Arapiles, Vitoria, San Marcial). Tras la derrota del ejército francés en Rusia, un Napoleón asediado por sus enemigos no tuvo más remedio que abandonar España y devolver la corona a Fernando VII en el Tratado de Valençay (diciembre de 1813).

Mapa de la Guerra de Independencia
Las consecuencias de la Guerra de Independencia fueron brutales para España. Fallecieron medio millón de personas, aproximadamente, lo que se acerca a un colapso demográfico si tenemos en cuenta que la población española rondaba los once millones de habitantes. A esto hay que unirle los enormes daños materiales (infraestructuras, edificios urbanos..) y económicos ( cultivos arrasados, industrias desmanteladas, ruina de la Hacienda española). 

2. Las Cortes de Cádiz. La Constitución de 1812.

 

La celebración de las elecciones en situación de guerra propició que se reunieran unas Cortes con preponderancia de personas de origen burgués, procedentes de las ciudades comerciales del litoral y con cierto nivel cultural, proclives, por tanto, a la influencia de las ideas ilustradas. Se trata de un complejo proceso que plasmaba el primer intento de revolución burguesa en España, derribando las estructuras políticas y jurídicas del Antiguo Régimen.
Las sesiones de Cortes comenzaron en septiembre de 1810 y predominaban en su composición eclesiásticos, funcionarios, abogados, comerciantes y militares. En las primeras sesiones se produjo la autodeclaración de las Cortes como soberanas y la exigencia de juramento de fidelidad a las mismas. Muy pronto se formaron dos grupos de diputados enfrentados: 
Liberales: partidarios de reformas revolucionarias, inspiradas en los principios de la Revolución Francesa. 
Absolutistas o “serviles”: partidarios del mantenimiento del Antiguo Régimen (monarquía absoluta, sociedad estamental, economía mercantilista).
Entre estos dos grupos se ubicarían los denominados "jovellanistas", que conformaban una especie de tercera vía consistente en la adopción de reformas progresivas que no condujeran a una ruptura radical con el Antiguo Régimen ni que mermaran el poder político de la Corona.
La mayoría liberal, aprovechándose de la ausencia del rey, inició la primera revolución liberal burguesa en España, con dos objetivos: adoptar reformas que acabaran las estructuras del Antiguo Régimen y aprobar una Constitución que cambiara el régimen político del país. 
Las reformas se llevaron a cabo mediante decretos, en los que hay que destacar:
  • Reformas económicas que persiguen la libertad en el campo económico y favorecer la producción agraria e industrial: Supresión del Consejo de la Mesta, reconocimiento de los derechos de propiedad de las tierras y autorización de cercamientos (1813); libertad de precios agrarios; abolición de los gremios; libertad de comercio, de trabajo y de fabricación (1813)
  • Ley de Señoríos (1811): Supresión de los señoríos jurisdiccionales y conversión territorial de los mismos en propiedad individual. Supresión de la servidumbre.
  • Incautación y venta de los bienes de las órdenes militares y de los jesuitas (1813) Desamortización de algunos bienes de la Iglesia. 
  • Igualdad de los ciudadanos ante la ley, en asuntos comunes, criminales y civiles. Fin de los privilegios estamentales y desaparición de los conceptos de señor o vasallo y de la servidumbre.
  • Libertad de imprenta (1810) Libertad de Expresión
  • Supresión de la Inquisición (1813)
Aprobada el 19 de marzo de 1812 y popularmente conocida como “La Pepa”, este texto legal fue la primera constitución del país. La constitución de 1812 es uno de los grandes textos liberales de la historia, siendo muy célebre en su tiempo y teniendo enorme influencia en las posteriores constituciones europeas y americanas. 
Los diputados liberal Agustín Argüelles, Diego Muñoz Torrero y Pérez de Castro son las figuras más destacadas en su elaboración. Fue una constitución extensa que constaba de 384 artículos.
Estos son los rasgos principales de la Constitución
  • Soberanía nacional. El poder reside en la nación, idea opuesta a la soberanía monárquica. Por tanto, monarquía constitucional parlamentaria, basada en soberanía nacional y separación de poderes.
  • División de Poderes:
-Poder legislativo: Cortes Unicamerales
-Poder judicial: tribunales
-Poder ejecutivo: Rey, pero con importantes limitaciones:
Sus órdenes deben ir ratificadas por la firma del Ministro correspondiente.
No puede disolver las Cortes.
Veto suspensivo transitorio durante dos años, tras ello la decisión de las Cortes se convierte en ley.
Nombra a los ministros, pero estos deben ser refrendados por las Cortes (“doble confianza”)
  • Derecho de sufragio. La nación ejerce su soberanía mediante sus representantes en las Cortes, elegidos por sufragio universal masculino indirecto. Tienen derecho al voto todos los hombres mayores de 25 años, que eligen a unos compromisarios que a su vez eligen a los diputados.
  • Igualdad de los ciudadanos ante la ley.
  • Reconocimiento de derechos individuales: a la educación, libertad de imprenta, inviolabilidad del domicilio, a la libertad y a la propiedad.
  • Aprobación de la Contribución Única, de la milicia nacional, promoción de la construcción de escuelas elementales, modernización de la administración, organización de un sistema judicial unificado, códigos penal y criminal unificados.
  • El catolicismo es la única confesión religiosa permitida.
  • Carácter electivo de los Ayuntamientos. Se omite toda referencia a los territorios con fueros, lo que equivalía a su no reconocimiento. 
Salvador Viniegra. Las Cortes de Cádiz

 

3. El Reinado de Fernando VII

 

3.1 El Sexenio Absolutista (1814-1820)

 

Tras el Tratado de Valençay en 1813, el mitificado Fernando VII se preparó para regresar a España, en marzo de 1814. El monarca no acudió directamente a Madrid, ya que tenía la intención de tantear a los sectores favorables al absolutismo para lograr su apoyo para desalojar a los liberales del poder. Se dirigió directamente a Valencia, dónde un grupo de partidarios del Antiguo Régimen, firmantes del documento conocido como Manifiesto de los Persas, consiguieron el apoyo de los mandos del Ejército. Gracias a esto, Fernando VII emite el 4 de mayo de 1814 un decreto por el que disolvía las Cortes, abolía la Constitución de 1812 y toda la labor legislativa de las Cortes de Cádiz y restablecía el absolutismo, iniciando una ola de represión sobre los liberales. 
Entre julio y septiembre, Fernando VII continuó con su labor restauradora y restableció la Inquisición y los señoríos.
La situación internacional favorecía a Fernando VII, ya que tras la derrota de Napoleón, las potencias europeas iniciaron en el Congreso de Viena una nueva etapa, la Europa de la Restauración, basado en el retorno al absolutismo y la solidaridad entre las monarquías absolutas europeas.
Respecto a la economía, hay que decir que la situación española era muy grave por la guerra recién terminada. Este panorama se agravó con la restitución de los señoríos en un momento en el que se requería aumentar la producción y la recaudación, ya que el regreso al sistema señorial supone menos ingresos para el estado y mayor presión fiscal para los campesinos. Otro factor negativo es la independencia de las colonias americanas, lo que significa aumento de los gastos militares y descenso de los ingresos, los llamados “caudales de Indias”.
La labor del gobierno de Fernando VI se centró en la represión de los enemigos de la restaurada monarquía absoluta. Más de doce mil “afrancesados” tuvieron que exiliarse del país y se inició una dura persecución contra los liberales.
Muchos militares, entre ellos antiguos héroes de la guerra de la Independencia, optaron por las posturas liberales y para hacer frente a la represión se integraron en sociedades secretas de ideología liberal. Estos militares protagonizaron diversas intentonas de golpe militar o pronunciamientos: Espoz y Mina en 1814, Díaz Porlier en 1815, Lacy en 1817… Todos los intentos de golpe fueron duramente reprimidos.

 

3.2. El Trienio Liberal (1820-1823)

 

En 1820, un pronunciamiento liberal terminó por triunfar. El teniente coronel Riego, que estaba al frente de un ejército acantonado en Cabezas de San Juan (Sevilla) destinado hacia América, proclamó la Constitución de 1812. El 9 de marzo de 1820, Fernando VII, atemorizado, juró la Constitución de 1812.
El Trienio Liberal supuso que, por primera vez, se aplicaba la Constitución de 1812 en una situación de paz , lo que posibilitaba su aplicación a toda España. La obra del Trienio va a consistir en la restauración del proyecto de la Constitución de Cádiz: reforma fiscal con la aprobación de la Contribución Única, recuperación del decreto desamortizador de 1813, supresión de los conventos y mayorazgos, aplicación de la ley de supresión de señoríos que el rey se negó a sancionar.
Los liberales en el poder van a aplicar una política claramente anticlerical: expulsión de los jesuítas, abolición del diezmo, supresión de la Inquisición, desamortización de los bienes de las órdenes religiosas, etc. Todas estas medidas trataban de debilitar a una poderosísima institución opuesta al desmantelamiento del Antiguo Régimen. El enfrentamiento con la Iglesia será un elemento clave de la revolución liberal española.
Fernando VII, trató de obstruir la labor de los gobiernos liberales y el normal funcionamiento constitucional. Esta actitud del rey va a provocar una fractura política que se extenderá durante décadas, la escisión de los liberales en dos grupos:
-Los “doceañistas” pretenderán modificar la Constitución buscando una transacción con el Rey. Para ello, defendieron la concesión de más poder al monarca y la creación de una segunda cámara reservada a las clases más altas. Tras 1833, los "doceañistas" se convertirán en los moderados.
-Los “veinteañistas” pedían simplemente la aplicación estricta de la Constitución de 1812. Conocidos también como los exaltados, serán denominados progresistas tras 1833.
La división de los liberales introdujo una gran inestabilidad política durante el Trienio.
Alentados por el rey, los partidarios del absolutismo se organizaron en guerrillas crearon una y Regencia Suprema de España en Urgel, cerca de la frontera francesa. El fracaso de la Regencia de Urgel hizo evidente para Fernando VII que la única forma para acabar con el régimen liberal era la intervención de las potencias absolutistas europeas.
Tras la derrota de Napoleón en 1815, las grandes potencias absolutistas (Prusia, Austria, Rusia y la Francia de Luis XVIII), reunidas en el Congreso de Viena y coaligadas en la Santa Alianza, se habían comprometido a intervenir ante cualquier amenaza liberal que surgiera en Europa contra los principios de la Restauración (absolutismo, antiguo régimen). Así, reunidas en 1822 en un Congreso en Verona, las potencias acordaron la intervención en España. El 7 de abril de 1823, un ejército francés, conocido como los “Cien Mil Hijos de San Luis”, entró y, sin encontrar resistencia popular, conquistó fácilmente el país. El 1 de octubre puso fin al último foco de resistencia del gobierno liberal en Cádiz y repuso como monarca absolutista a Fernando VII.
Las causas del fracaso del Trienio Liberal son tres: el acoso exterior, la división de los liberales y su incapacidad para buscar el apoyo popular mediante reformas económicas y sociales que beneficiasen al campesinado y a los sectores populares urbanos. En Francia, la revolución triunfó porque supo ganarse el apoyo de los campesinos, la mayoría de la población, dándoles la propiedad de la tierra. En España, tal reforma nunca se planteó por lo que el pueblo permaneció al margen. La revolución española dependía de la burguesía que era una clase social escasamente formada en España, reducida a las ciudades portuarias como Cádiz. Este fue el motivo por el cual el absolutismo en España se mantiene en el poder hasta 1833

 

3.3 La Década Absolutista (1823-1833)

 

El mismo día en que Fernando VII fue liberado por los Cien Mil Hijos de San Luis promulgó un decreto por el que anulaba todo lo legislado durante el Trienio. El monarca trataba de nuevo de volver al absolutismo y al Antiguo Régimen.
Inmediatamente, se inició la represión contra los liberales: Riego fue ahorcado en Madrid en noviembre y se instauró un régimen de terror, caracterizado por las ejecuciones públicas acompañadas de procesiones y festejos religiosos como en los antiguos autos de fe. Se abordó una depuración de la administración, lo que llevó a la expulsión de miles de funcionarios, especialmente docentes. No es extraño, pues, que los liberales denominaran a esta época, la “Década Ominosa”

A. Gisbert. Fusilamiento de Torrijos

Fernando VII buscó la colaboración de ministros que iniciaron reformas administrativas e impusieron una moderación de la política absolutista, como López Ballesteros, que emprendió una reforma de la Hacienda (Creación del presupuesto del estado, etc.) La reforma permitió un cierto equilibrio presupuestario, gracias a la disminución de los gastos militares tras la independencia de las colonias.
El sector más intransigente del absolutismo, en 1826, publica el Manifiesto de los realistas puros, grupo que tenía como líder al hermano del rey, Carlos María Isidro y que compondrán la base social del futuro carlismo (clero reaccionario, campesinos de zonas de Navarros, País Vasco, Cataluña y Aragón, etc.). Este grupo era partidario de Carlos María Isidro como sucesior del rey, ya que éste no tenía hijos varones. Pero, en 1829, Fernando VII contrajo su cuarto matrimonio con María de Cristina de Nápoles. Un año más tarde, nació Isabel. Su concepción provocó que el rey redactara la Pragmática Sanción que anulaba la Ley Sálica de 1789 y permitía que una mujer heredara el trono, como era tradicional en Castilla por las Leyes de Partida. Los partidarios de Carlos María Isidro intentarían revocar la decisión, mientras que María Cristina, para proteger los derechos de su hija, se vería abocada a una futura alianza con los liberales moderados. En definitiva, al culminar el reinado de Fernando VII, tras su muerte en Septiembre de 1833, España estaba, de nuevo, al borde de la guerra civil.

 

4. La Emancipación de las colonias americanas

 

Entre 1810 y 1825 la mayor parte de los territorios americanos de la Corona española consiguieron su independencia. Aunque los Borbones, durante el Siglo XVIII, intentaron mejorar la administración de las colonias y, sobre todo, convertirlas en un inmenso mercado y fuente de materias primas para la economía española, la debilidad del imperio lo hizo imposible.
Diversos factores explican el desencadenamiento del movimiento independentista: 
  • El creciente descontento de los criollos, descendientes de españoles nacidos en América, quienes pese a su riqueza y cultura tenían vedado el acceso a los grandes cargos políticos en las colonias, reservados para los peninsulares. 
  • Las limitaciones al libre comercio y al desarrollo económico de las colonias impuestas por el régimen colonial. Estas limitaciones perjudicaban económicamente a la burguesía criolla. 
  • La presión fiscal que España ejercía sobre las colonias. 
  • La influencia de las ideas ilustradas y ejemplo de la independencia de los Estados Unidos de América. 
  • La crisis política producida por la invasión napoleónica, que privó de legitimidad a las autoridades que representaban a la monarquía de José I en las colonias. 
En el proceso de independencia se pueden distinguir dos grandes etapas:
  • 1808-1815 Los territorios americanos se declararon independientes de la España napoleónica, pero mantuvieron sus lazos con las autoridades de Cádiz, enviando representantes a las Cortes. El inicial desarrollo del independentismo en todas las zonas, menos Perú, se vio paralizado por el retorno de Fernando VII y el envío de tropas desde España.
  • 1814-1824 Se caracteriza por las grandes campañas militares, que se iniciaron en La Plata, zona controlada por los rebeldes, con el apoyo de Inglaterra.
Las guerras de independencia culminaron con la derrota española en Ayacucho en 1824. Esta batalla puso fin a la dominación española en América. Sólo las islas antillanas de Cuba y Puerto Rico siguieron ligadas a la metrópoli.
Entre los caudillos independentistas sobresalen las figuras de San Martín y Bolívar. Simón Bolívar planteó la alternativa de la unidad americana tras el fin del imperio hispánico. Los ambiciones de los nuevos dirigentes, el atraso económico y las dificultades de comunicación, llevaron al fracaso del ideal bolivariano y a la fragmentación política de la América hispánica.
Las consecuencias para España fueron la relegación definitiva al papel de potencia de segundo orden y la pérdida del mercado americano y de los recursos que hubieran podido ser base de un desarrollo industrial y el empeoramiento del déficit fiscal del estado al perderse los “caudales de Indias”

Mapa de la independencia de las Colonias Americanas


lunes, 12 de octubre de 2020

2º ESO. Ud. 1. La fragmentación del mundo antiguo

¡Hola a tod@s!

Comenzamos un tema nuevo tras terminar, por fin, con el repaso al mundo antiguo.
Vamos a utilizar esta entrada del blog como una especie de cuaderno de bitácora en el que anotaremos las actividades que vayamos realizando en clase, los recursos que utilicemos, etc. La iremos actualizando conforme avancemos y, así, iremos repasando.

Recordad que el pasado jueves hicimos un esquema en clase en el que dividimos la Edad Media en tres etapas: Alta, Plena y Baja. Lo tenéis en vuestro cuaderno y es, simplemente, una introducción al tema.

La secuencia que vamos a seguir es la siguiente:

1. Explicación en clase del proceso de sustitución del mundo antiguo por la sociedad medieval.
Vamos utilizar este mapa conceptual:


 
Este mapa lo completamos con este esquema con los Principales Hechos de la Alta Edad Media:


  • S. V : Se producen las Invasiones Bárbaras: Pueblos germánicos como los francos, los godos o los sajones invaden el Imperio Romano de Occidente.
  • S. VI: El Imperio Romano de Oriente pervive con el nombre de Imperio Bizantino y capital en Constantinopla. El más importante de los emperadores Bizantinos será Justiniano, el cual expandió el Imperio por parte del Mediterráneo Occidental. En Occidente, los pueblos germánicos crean reinos. Los más importantes son el Visigodo en Hispania, el Franco en Francia y el Ostrogodo en Italia.
  • S.VIII: Carlomagno, rey de los francos, conquista parte de Alemania e Italia y funda el Imperio Carolingio.  
  • S. VIII-IX: Se producen nuevas invasiones por parte de los pueblos normando, húngaro y árabe
  • S. X-XI: Nacimiento de reinos que serán los futuros estados europeos ( Inglaterra en el 1066, Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico)

Actividades 

1. Realiza un eje cronológico que contenga los siguientes acontecimientos:

395. División del Imperio Romano
409. Entrada pueblos germánicos en Hispania.
476. Fin del Imperio Romano de Occidente.
527. Comienzo del reinado del emperador bizantino Justiniano.
622. Comienzo de la Hégira de Mahoma.
661. Comienzo de la Dinastía Omeya.
732. Carlos Martel, rey de los francos, vence en la Batalla de Poitiers a los musulmanes.
750. Comienzo de la dinastía Abasida.
800. Carlomagno es coronado Emperador.
843. Tratado de Verdún. División del Imperio Carolingio.

2. Completa el mapa Invasiones Bárbaras y Reinos Germánicos.

3. Analiza los mapas de las páginas 6 y 7 del libro de texto respondiendo a las siguientes preguntas:
a) ¿En qué territorios se asentaron los ostrogodos?
b) ¿Qué pueblos invadieron Inglaterra?
c) ¿Qué pueblos invadieron la Península Ibérica en el siglo V?
d) ¿Qué reino se convirtió en el más importante de la Península Ibérica en el siglo VI?
e) ¿Qué reino es el origen de la actual Francia?
f) ¿Cuál era la capital del Imperio Bizantino?
g) ¿Qué territorios del antiguo imperio Romano de Occidente conquistaron los musulmanes?
h) Resumiendo, ¿qué tres civilizaciones ocuparon el espacio del antiguo Imperio Romano?

2. Principales civilizaciones. 

El siguiente paso será estudiar las principales civilizaciones que ocuparon el espacio del desaparecido Imperio Romano: el reino visigodo de Hispania, el Imperio Carolingio y el Imperio Bizantino. Del Islam, nos ocuparemos más adelante.
Para estudiarlos, vamos a realizar resúmenes-esquemas, que contengan los siguientes apartados:
Cronología
Origen
Etapas
Organización política
Sociedad
Religión
Cultura





miércoles, 7 de octubre de 2020

2º ESO. Repasando el Mundo Antiguo



Actividad 3. ¿Qué es ser bello?


La definición de belleza ha variado a lo largo de la historia. De hecho, los primeros artistas no buscaban reflejar la belleza sino más bien convencer a los espectadores de una obra de la grandiosidad y divinidad del personaje que representaban. La belleza no importaba, importaba el significado de la obra.
En clase hemos explicado las diferencias entre el arte egipcio y el arte griego. Siguiendo estas explicaciones, debéis establecer las diferencias entre la imagen de la izquierda y la imagen de la derecha, situando las características que abajo enumero en la celda correcta.




Imagen Izquierda

Imagen derecha








  1. La figura representa al dios Hermes con su hermano Dionisos.
  2. La figura representa a la Triada de Mikerinos: la diosa Hathor, el faraón Micerino y el nomo de Kinópolis.
  3. Es una escultura exenta: se puede rodear y observar desde distintos puntos de vista.
  4. La escultura respeta la llamada ley de la frontalidad: solo se puede observar de frente.
  5. Su autor es Praxiteles. Los artistas gozaban de gran reconocimiento en la Grecia clásica y su fama ha llegado hasta nuestros días.
  6. La persona (o grupo de personas perteneciente a un taller) que realizó la obra es anónima y no conocemos su nombre.
  7. La escultura posee movimiento, conseguido gracias a la curva de la figura.
  8. Las figuras son hieráticas y no poseen movimiento; únicamente, el pie izquierdo se adelanta un poco para intentar representarlo.
  9. La intención del artista es imitar la anatomía humana y representar el ideal de belleza.
  10. La intención de la obra es representar la condición divina del faraón.
  11. La obra se realizó durante el Antiguo Egipto, en la IV dinastía del Imperio Antiguo
  12. La obra se realizó en el siglo IV aC en la Grecia clásica.


Actividad 4 ¿Qué le debo yo a los romanos?

De la antigua Roma conocemos muchas cosas, más de la que creemos. Sólo hace falta un poquito de atención para percibir todo aquello que permanece del legado de Roma en nuestras sociedades: desde carreteras hasta el origen de nuestro propio idioma.

En esta escena de una película de los Monty Pithon, podemos ver un ejemplo de esto. Aunque sea una comedia y una película de humor, no deja de ser cierto lo que aquí se cuenta:


La actividad consiste en elaborar una lista de ejemplos del legado de la Antigua Roma (idioma, leyes, edificios, costumbres, etc.)

Para realizar esta actividad, podéis utilizar estos enlaces:



Puente Romano de Niebla