jueves, 21 de septiembre de 2017

Historia de España. Bloque 3. La formación de la Monarquía Hispánica y su expansión mundial (1474-1700)

Indice del tema:
1. Introducción. Definición de Antiguo Régimen.
2. Los Reyes Católicos y la formación de la Monarquía Hispánica
3. Los Austrias Mayores. Carlos I y Felipe II.
4. Los Austrias Menores.
5. Demografía y Economía.
6. Sociedad.
7. La cultura. El Siglo de Oro.


1. Introducción. Definición de Antiguo Régimen

Se denomina Antiguo Régimen al modo de organización política, social y económica que imperó en Europa durante la Edad Moderna entre los siglos XVI y XVIII En ellos, la forma de gobierno más difundida será la Monarquía Absoluta y el sistema socioeconómico dominante será el Feudalismo. El sistema se caracterizaba por la desigualdad jurídica entre los diversos estamentos (Nobleza, Clero y Pueblo Llano).
En España, el Antiguo Régimen se caracteriza por coincidir con la formación de la Monarquía Hispánica que unificó los distintos reinos existentes durante la Edad Media en la Península Ibérica y por la construcción del Imperio Español. El siglo XVI fue el siglo de la hegemonía política y militar española en Europa y de la conquista de América.
El Imperio español, sin embargo, no es un estado centralizado. La Monarquía Hispánica durante los primeros siglos del Antiguo Régimen es una monarquía compuesta por una enormidad de territorios, cada uno con sus propias leyes e instituciones, una Corona común y el predominio de Castilla. En la Península aglutina a los diferentes reinos unificados por los Reyes Católicos en el siglo XV. Fuera de ella, a los territorios conquistados por los Austrias durante el siglo XVI.

2. Los Reyes Católicos y la formación de la Monarquía Hispánica

La Monarquía española surge tras la unión matrimonial entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla lo que no supone una unificación política, administrativa y jurídica de sus reinos, ya que no crean un estado centralizado, pero sí una unión dinástica, ya que agrupan distintos reinos bajo una misma Corona.
El dominio de los Reyes Católicos se compone del Reino de Castilla (cuya reina era Isabel), y de los territorios de Canarias y Melilla pertenecientes a éste; de la Corona de Aragón (formada por los reinos de Aragón, Valencia, Mallorca y los Condados Catalanes) y los territorios italianos conquistados por Aragón (el Reino de Nápoles y las islas de Sicilia y Cerdeña); del Reino de Granada, conquistado en 1492 y del Reino de Navarra, conquistado en 1512.


Mapa. Política interior de los Reyes Católicos

Los Reyes Católicos colocaron las bases del estado moderno y de la monarquía absoluta, imponiendo su gobierno a la nobleza, al Clero y a las ciudades. Para ello:
  • Crearon el Consejo Real, como órgano de gobierno, formado por consejeros nombrados directamente por ellos, y relegaron a las Cortes, institución en la que estaban representados los estamentos. 
  • Crearon la Santa Hermandad, como cuerpo policial que debía vigilar los caminos del reino, garantizando así su control sobre todo el territorio. 
  • Nombraron Corregidores, funcionarios encargados de gobernar las ciudades por encima de los concejos municipales. 
  • Crearon las Chancillerias, órganos de administración de justicia. 
  • Controlaron a la Iglesia mediante el nombramiento de obispos. 
  • Practicaron una política de uniformidad religiosa, expulsando a los judíos de la Península en 1492 y persiguiendo a los Mudéjares en los años siguientes. 
  • A cambio de su obediencia, concedieron diversos privilegios a la Nobleza. Entre estos destaca el apoyo a la Mesta, asociación de ganaderos laneros, pertenecientes a la nobleza y las Leyes de Toro (1505) que favorecieron la multiplicación de los Mayorazgos
Respecto a la política Exterior de los Reyes Católicos, sus objetivos principales eran unificar la Península Ibérica bajo su dominio, proseguir con la expansión hacia el Atlántico de castellanos y hacia el Mediterráneo de aragoneses y aislar a Francia que competía con Aragón en Italia y con Castilla en Navarra. Para ello, realizaron una serie de enlaces dinásticos, casando a sus hijas con los herederos de las casas de Portugal, de Inglaterra y del Imperio Alemán. Esta política tuvo como consecuencia que el nieto de los Reyes, Carlos, heredara un enorme Imperio.
Por otro lado, impulsaron la proyección marítima de Castilla, primero con la conquista de las Islas Canarias, a partir de 1477, y después con la firma de las Capitulaciones de Santa Fe que concedían al navegante Colón los títulos de Virrey, Gobernador y Almirante de las tierras y mares que descubriera en su viaje hacia las Indias por la ruta de Occidente que derivaría en el Descubrimiento de América. La firma con Portugal del Tratado de Tordesillas en 1494 permitiría la posterior anexión de los territorios del nuevo continente a la Corona española.


Mapa. Política Exterior de los Reyes Católicos


3. Los Austrias Mayores. Carlos I y Felipe II

La muerte de Isabel en 1504 supuso la sucesión de su hija Juana y de Felipe I, hijo del Emperador Maximiliano. La muerte repentina de Felipe y la locura de Juana devolvieron el trono a Fernando, que como rey de Aragón se había retirado a sus dominios. Permanecerá de regente de Castilla hasta 1516, cuando se produce la llegada de Carlos, hijo de Felipe y Juana y nieto del Emperador Maximiliano y de María de Borgoña por vía paterna y de los Reyes Católicos por vía materna.


Árbol genealógico de los Austrias Mayores

La Política interna de los Austrias Mayores

La Administración. La forma de gobierno era la Monarquía Absoluta, limitada por los diversos fueros y jurisdicciones territoriales y por los privilegios de nobleza y clero. Los primeros Austrias gobernaron directamente. Debajo de ellos, se encontraban numerosos Consejos (el sistema polisinodial) del cual el más importante era el Consejo de Estado, al que seguían numerosos consejos regionales (Castilla, Aragón, Indias, etc.) que se encargaban en los asuntos correspondientes a cada territorio. Los secretarios servían de enlace entre unos y otros.
En América, se crearon los Virreinatos de Nueva España y del Perú para gobernar aquellos inmensos territorios. La administración judicial y municipal se copió directamente de Castilla, creándose Audiencias y Cabildos.
Conflictos internos: El primero de los Austrias, Carlos (1516-1556) llegó a España en 1517, tras la muerte de su abuelo Fernando. Su falta de conocimiento del lenguaje, la elección de consejeros extranjeros y la petición de dinero a las ciudades para financiar su candidatura a Emperador alemán provocó los primeros conflictos con las Cortes castellanas, aragonesas y catalanas:
-Germanías (1519-24): Fue una revuelta de los menestrales valencianos contra la nobleza.
-Comunidades (1520-1): Revuelta de ciudades castellanas como Segovia contra la política planteada por el nuevo rey. Las peticiones comuneras más destacadas son la limitación del poder real, el freno al poder nobiliario, la defensa de la autonomía municipal, la recuperación del protagonismo de las Cortes y la protección de la industria textil castellana. La derrota comunera en la batalla de Villalar (1521) y la ejecución de sus líderes Padilla, Bravo y Maldonado significó el final del movimiento. La nobleza castellana, que apoyó a Carlos, fue la gran beneficiada.


Gisbert Pérez, Ejecución de los Comuneros de Castilla

Con la abdicación de Carlos en 1556, el Imperio Alemán queda para su hermano Fernando, mientras que el resto es heredado por su hijo Felipe II (1556-1598) que nació y vivió siempre en España.
La sublevación Morisca es el principal problema interno que tuvo que afrontar. Los Moriscos, mal integrados en la sociedad española, eran muy numerosos en Valencia, Aragón, y Andalucía. En el Reino de Granada eran mayoría: 150.000 frente a 125.000 “cristianos viejos”. En 1567 se promulgaron los Edictos contra el uso del árabe y prohibiendo costumbres como el baño. En 1568 sucede la Sublevación que culmina con la deportación de los moriscos granadinos a otras zonas de Castilla.
Otros problemas que tuvo que afrontar Felipe fueron la aparición de núcleos luteranos en Valladolid y Sevilla, que fueron eliminados por la Inquisición en 1559, y la rebelión de Zaragoza de 1591 en defensa del fuero aragonés, tras la huida del Secretario Antonio Pérez, acusado de asesinato a Aragón, donde se amparó en los fueros locales.

La Política Imperial de los Austrias Mayores

La Herencia de Carlos modeló el Imperio que encabezaría. Consistió en:
  • Los estados de la casa de Austria y el derecho a ser elegido Emperador alemán de su abuelo paterno Maximiliano de Austria 
  • Flandes (que comprendía a las actuales Bélgica y Holanda), Luxemburgo y el Franco Condado, de parte de su abuela paterna María de Borgoña 
  • La Corona de Aragón y sus posesiones italianas (Nápoles, Cerdeña y Sicilia), por parte de su abuelo materno Fernando de Aragón. 
  • La Corona de Castilla y sus posesiones (América, posesiones africanas) por parte de su abuela materna Isabel de Castilla 
El imperio español se construye en el siglo XVI como un propósito personal de Carlos I (la llamada “Monarquía Universal”)

El ideal de Carlos consistía en la unidad política de la cristiandad bajo la autoridad imperial. La justificación que se utilizó fue la defensa de la fe católica, amenazada en Europa Central por los partidarios de la Reforma protestante encabezada por Lutero y Calvino y en el Mediterráneo y Europa Oriental por la expansión del Imperio Otomano. Los objetivos de la política exterior de Carlos I fueron, por tanto, la derrota de los príncipes alemanes que apoyaban a Lutero y la expulsión de los turcos de Hungría.
Carlos V no vio cumplido ninguno de estos objetivos en su totalidad, pero su fracaso, paradójicamente, sentó las bases del Imperio español ya que añadió numerosos territorios a la corona española. La política imperial, además, no contó, inicialmente, con el apoyo ni de castellanos ni de aragoneses a los que no interesaban las luchas en el centro de Europa. Es con su hijo Felipe II, cuando mantener y ampliar el Imperio pasa a ser una cuestión de estado.
La construcción del Imperio de los Austrias fue posible gracias a los continuos éxitos militares de las tropas a su servicio (los Tercios Españoles fueron hegemónicos en Europa entre 1520 y 1640).
Los principales escenarios de la política imperial fueron el Norte de Italia, el Franco Condado y los Países Bajos en la Europa continental y el Eje Mediterráneo. A estos hay que añadirle América, cuyos territorios fueron explorados y conquistados durante el siglo XVI . 

Mapa del Imperio de Carlos I

Los principales conflictos militares que afrontaron los Austrias en el siglo XVI fueron:
-Las Guerras contra Francia: El gran enemigo de Carlos V fue Francisco I de Francia. Se produjeron 4 guerras contra Francia durante el reinado de Carlos I, que tuvieron como causa central la pugna por el dominio del Norte de Italia, aunque también existían otras cuestiones como el deseo de Carlos de recuperar Borgoña, la tierra de su familia materna. En ellas, los Papas fueron aliados habituales de Francia, lo que provocó que, en 1525, las tropas imperiales asaltaran Roma (el celebre Saco di Roma)  Fue en época de Felipe II, cuando se consolidó el dominio español en Italia. Tras las victoria de Felipe II en San Quintín, se firmó la paz de Cateau-Cambresis en 1559 y Francia reconoció la soberanía española sobre el Franco Condado y Nápoles.
-Crisis de la Reforma. Carlos, como Emperador intentó atajar la expansión del protestantismo en Alemania. Se enfrentó a la coalición protestante, Liga de Smalkalda, en la batalla de Mülhberg (1547), pero a pesar de su victoria el entendimiento fue imposible, por lo que se concertará la paz de Augsburgo, que establecerá la división de Alemania en principados católicos y protestantes (1555).
-La Rivalidad con el Imperio Turco. El imperio Otomano inició una ofensiva por los Balcanes que le llevó a la conquista de Hungría y al asedio de Viena. El Emperador Carlos contuvo a los otomanos en el Mediterráneo, conquistando Túnez en 1535), aunque también cosechó derrotas (Argel, Trípoli y Bugía). Su hijo formó una alianza con Venecia y el Papado que obtendrá la victoria de Lepanto (1571)
La Anexión de Portugal. La muerte del rey Sebastián, dejó sin sucesión al reino portugués. Felipe II ganó el título de Portugal por herencia en 1580.
-La Sublevación de los Países Bajos. Fue el conflicto más complicado que tuvo que afrontar la Monarquía española por la lejanía de esos territorios y la sangría económica que supuso por el pago a las tropas y el mantenimiento de la ruta terrestre a través de Lombardía y el Franco Condado (el llamado Camino Español). El conflicto, que no termina hasta 1648, tuvo su arranque en los disturbios de 1566, producido por las diferencias políticas (los flamencos no aceptaron el autoritarismo de la administración española) y religiosas (por la difusión de protestantismo en las provincias norteñas). Felipe II encomendó la represión de los rebeldes al Duque de Alba, lo que agravó aún más el problema.
-Enfrentamiento con Inglaterra. Los motivos fueron la oposición religiosa y la rivalidad política y económica, aunque Felipe II pretendió, con su matrimonio con María Tudor, la unión con la corona inglesa. La subida de Isabel al trono inglés acrecentó la intromisión inglesa en los mercados americanos y su apoyo a los rebeldes flamencos. Esta situación llevó a planear la invasión de Inglaterra. La Armada Invencible fracasó (1588).
-Por otro lado, hay que destacar las conquistas realizadas en América. Durante el reinado de Carlos I, culminaron las exploraciones emprendidas en tiempos de los Reyes Católicos (Costa Brasileña por Yáñez Pinzón en 1500; Istmo de Panamá en 1513 por Vasco Núñez de Balboa; Rio de la Plata en 1516 por Díaz de Solís) y se iniciaron las grandes conquistas. Hernán Cortés y Pizarro añadieron los territorios de los Imperios Azteca (1521) e Inca (1532), con centro en México y Perú, respectivamente, a los dominios de la Corona. No fueron los únicos, ni se limitaron a América, ya que, tras el viaje alrededor del mundo de Magallanes y Elcano, archipiélagos asiáticos como el de Filipinas se incorporaron al Imperio. América y sus enormes reservas de metales preciosos fueron la verdadera joya del Imperio español y se convirtieron en destino de la emigración de colonos, algo que no ocurrió en los territorios europeos.

Mapa del Imperio de Felipe II

4. Los Austrias Menores.

Durante la última década de los 90, se evidencian las pruebas del declive de la Monarquía Española: un país empobrecido (por la pérdida de cosechas, hambre, especulación y epidemias), una Hacienda maltrecha (bancarrota de 1596, creación de una economía paralela en América que dificultaba los ingresos fiscales) y un Imperio vasto pero amenazado (por el agravamiento de la sublevación flamenca y el enfrentamiento con Inglaterra)

Política Interna durante los Austrias Menores.

En el siglo XVII se impuso el sistema de los validos de los cuales, el Conde-Duque de Olivares fue el más conocido.
Felipe III (1598-1621) dejó el gobierno directo al Duque de Lerma, enlace con los consejos, que se convertirá en valido. La decisión más relevante que tomó el Duque de Lerma fue la expulsión de los moriscos en 1609. La expulsión tuvo importantes consecuencias demográficas para el país, cifrándose en 300.000 los afectados, un 4-5% total de la población, que llega en Valencia al 30%.
Con Felipe IV (1621-1665) aparece un personaje peculiar por reformador, el Conde-Duque de Olivares. El Gran Memorial, documento que presentó en 1624 al monarca, exhortaba a Felipe a convertirse en el rey de una España verdaderamente unificada y trazaba las líneas maestras de su reforma: 1º Poner fin al lujo y a la corrupción, frenando la venta de cargos. 2º Reforma fiscal, creando un impuesto único. 3º Adopción del Mercantilismo, promover la inversión en compañías comerciales estatales y establecimiento de los montes de Piedad (préstamo de dinero y financiación de los gastos reales) 4º Cooperación y unificación entre los diversos reinos. Tenía por objeto repartir las cargas que soportaba Castilla. La propuesta estrella es la Unión de Armas de 1626 que pretende crear un ejército de 140.000 hombres con el aporte equitativo de todos los estados de la Monarquía. Olivares, además, intentó eliminar la obligación de demostrar la “Limpieza de Sangre” como requisito para acceder a puestos importantes en la Administración.
La clave del fracaso de Olivares está en la oposición nobiliaria y en las sublevaciones secesionistas de los años 40, vinculadas al aumento de impuestos para financiar las continuas guerras del Imperio. La Crisis de 1640 sucede por las sublevaciones de Cataluña (que dura hasta 1652), Portugal que se independiza tras la muerte de Felipe IV, Aragón, Andalucía y Nápoles. La crisis de 1640 produjo la caída de Olivares en 1643.
Con Carlos II (1665-1700) llega el considerado periodo de máxima crisis de la Historia de la Monarquía Hispánica. Carlos II, fue un rey infortunado que no dejó herederos y cuya sucesión se libró en una cruenta guerra, iniciada en 1700, la Guerra de Sucesión que enfrentaría a Felipe de Anjou y Carlos de Austria.

Política Exterior durante los Austrias Menores.

Durante el reinado de Felipe III, se produce una etapa de paz, conocida como la “Pax Hispánica”, gracias a la mejora de las relaciones con Francia, la firma del Tratado de Londres con Inglaterra y la Tregua de los Doce Años en 1609 con los rebeldes holandeses.
Con Felipe IV, España participa en la Guerra de los Treinta Años que asola Europa, lo que le enfrenta de nuevo a ingleses, franceses, alemanes protestantes, holandeses y suecos. La guerra se entremezcló con el conflicto en Flandes y con la lucha contra los piratas ingleses por el control del comercio americano.
A partir de 1640, con el estallido de la crisis política y las derrotas en la Guerra de los Treinta Años, comenzó la decadencia del Imperio Español. En 1643, se produce la derrota de los tercios en Rocroi que simboliza el principio del fin del Imperio Español. El Tratado de Westfalia en 1648 acaba con la Guerra de los Treinta Años y conduce al reconocimiento de Holanda como estado independiente. La Paz de los Pirineos (1659) certifica el fin de la guerra con Francia, que pasa a convertirse en la primera potencia continental europea.
Entre 1660 y 1700, se vive el ocaso de la dominación española en Europa, atravesada por las continúas perdidas territoriales en beneficio de Francia, hasta que la muerte de Carlos II sin sucesión permite que Luis XIV instale a su nieto Felipe de Anjou en el trono de España.

El Imperio español en Europa tras las paces de Westfalia y de los Pirineos

La dominación en América se mantuvo pero la presión de las flotas inglesa y holandesa sobre los galeones españoles y sobre las propias costas americanas obligó a invertir numerosos recursos en la defensa del comercio americano. La situación se fue agravando durante todo el siglo hasta tal punto que, a finales del XVII, los contrabandistas ingleses habían roto el monopolio comercial español en las colonias americanas. Si tenemos en cuenta, que el quinto real era el principal ingreso de la Hacienda española, la dificultad de la Corona española por mantener la maquinaria bélica necesaria para mantener unido el Imperio.

La América española en el siglo XVII
  5. Demografía y Economía

Durante el siglo XVI, existió un importante crecimiento demográfico que decayó a a partir de 1580. Castilla engloba al 80% de la población española, unos 8 millones al finalizar el siglo.
La agricultura era la base de la economía, ocupaba a tres cuartas partes de la población y estaba dominada por los estamentos privilegiados, nobleza y clero, que controlaban la propiedad de la tierra. La agricultura del XVI se caracterizaba por el alza de precios, el incremento de las rentas de la tierra, el bajo nivel técnico y la escasa productividad. Los cultivos más extendidos eran los cereales en la Meseta y los cultivos de exportación en el valle del Guadalquivir (vid y aceite).La ganadería también estaba controlada por la nobleza que ejercía su dominio a través de la Mesta, organización de propietarios ovejeros controlada por la oligarquía terrateniente, que consigue el predominio del derecho de pastoreo en las tierras de Castilla, lo que produce conflictos con el campesinado. La Mesta basaba su riqueza en la exportación de la lana a Flandes. Este hecho perjudicó a los artesanos textiles castellanos que no podían pagar los precios que abonaban sus competidores flamencos.
En América, se extendieron las plantaciones de cultivos tropicales como el tabaco y las haciendas dedicadas a cereales y ganado. El sistema de la Encomienda permitió el uso de la mano de obra indígena por parte de los latifundistas españoles. La principal fuente de riqueza procedente de América venía de las minas de plata como las de Potosí o de Zacatecas. Se explotaban mediante el sistema de la mita, un sistema de trabajo obligatorio durante un tiempo limitado que empleó a los indígenas de la zona.
La industria decayó enormemente durante el siglo XVI por la razón anterior y porque se preferían las inversiones en bienes raíces o se dedicaban al comercio y las finanzas.
El comercio con las Indias era la gran fuente de riqueza del Imperio. Se encauzaba a través de Sevilla, sede de la Casa de la Contratación, organismo regulador de la importación de oro y plata indianos. Sin embargo, la aparición de los asentistas extranjeros, que consiguieron la autorización de sacar oro y plata de España, produjo un control del comercio trasatlántico y de las finanzas por comerciantes genoveses y alemanes. En la Meseta, el comercio de lana con el norte de Europa proporcionó la pujanza de ciudades como Burgos, mientras que se producía el declive del tradicional comercio catalana-aragonés debido al cierre del Mediterráneo por los turcos.
Gráfico. La Revolución de los precios
Durante el siglo XVI, la afluencia de metales preciosos generó un crecimiento rápido pero especulativo. Además, influyó en la llamada Revolución de los Precios (aumento generalizado de los precios en el siglo XVI), definida por una inflación altísima producida tanto por las importaciones de metales preciosos como por la demanda creada por la colonización de América y por el derroche de la aristocracia española en productos de lujo. Las principales victimas de la inflación fueron los estamentos inferiores y los pobres.


La Hacienda. La llegada de los metales preciosos americanos no solucionó el problema de la deuda de la Hacienda Real, alimentada por las continuas guerras, sino que la empeoró, ya que los Austrias utilizaron la petición de prestamos como un recurso habitual, lo que produjo un endeudamiento cada vez más insostenible a corto plazo, que se intentó resolver con la emisión de juros (especie de títulos de deuda pública), cuyos intereses se pagaban con los ingresos obtenidos mediante la apropiación de la quinta parte de los metales americanos importados (el llamado Quinto Real) . Esto generó que la economía española fuera dependiente de los banqueros europeos, verdaderos beneficiarios del oro y plata de Indias, gracias al cobro de intereses que engordaron la deuda de la Corona hasta tal punto que se produjeron bancarrotas en 1550 o 1575.


La Crisis del Siglo XVII

La decadencia del Imperio Español durante el Siglo XVII fue un hecho evidente para los propios testigos de la época y se caracteriza por la recesión económica y demográfica y el comienzo de las derrotas militares que avisan de la futura pérdida de la hegemonía política y militar en Europa.
Los perfiles de la crisis son los siguientes:
  • Crisis demográfica a partir de 1580 perdiéndose un millón y medio de habitantes en el siguiente siglo. Se pasa de los 8 millones de habitantes en 1590 a 6,5 millones de habitantes en 1620, por culpa de las sucesivas crisis de subsistencias. 
  • Disminución de la producción agrícola y endeudamiento de los pequeños propietarios. También disminuyó el volumen de la lana exportada. 
  • Declive de las ciudades castellanas por la caída de la producción artesanal y del comercio. 
  • Descenso de los ingresos obtenidos por el comercio americano, agravado por el predominio del capital extranjero sobre éste. 
  • Quiebra de la Hacienda Real por el descenso de la afluencia de metal americano y la incapacidad del estado para disminuir los gastos militares y aumentar los ingresos fiscales. 
  • La falta de recursos hizo aumentar la presión fiscal sobre los más débiles en época de Felipe IV, a través del aumento de los impuestos indirectos sobre el consumo. La alteración de la moneda, además, creó una duplicidad de sistemas monetarios, de vellón y de plata. 
En definitiva, España se caracteriza en el siglo XVII, por su dependencia económica respecto a Europa ya que exporta materias primas procedentes de las colonias americanas mientras importa capitales y productos manufacturados. La Agricultura, principal sector productivo, sufre un considerable retroceso por la injusta distribución de la propiedad, ya que los grupos privilegiados, Iglesia y aristocracia acumulan la mayor parte de las tierras cultivables. La producción manufacturera constituía el sector más débil y la enorme deuda de la Hacienda Real producía que ésta supusiera un freno a la recuperación económica.

6. Sociedad.

La sociedad era estamental. Los grupos privilegiados eran la Nobleza y el Clero. La Nobleza ocupaba la cúspide de la pirámide social, siendo la diferencia entre hidalgos, (10% de la población) de condición noble y, por tanto, exentos de pagar impuestos y pecheros, la principal barrera de división social en España. Impuso el principio de Limpieza de Sangre u obligación de demostrar que se descendía de cristianos viejos para acceder a un cargo, que discriminaba a los descendientes de los grupos religiosos minoritarios (los conversos, descendientes de los judíos y los moriscos). La difusión del principio de limpieza de sangre fue un intento de la nobleza de frenar el ascenso social de la burguesía, aunque no sirvió para tal fin ya que la corrupción permitió la compra de los certificados de limpieza de Sangre a los nuevos ricos generados por el comercio con América, mientras que aisló y marginó a los artesanos y campesinos de origen morisco o judío, perpetuando la discriminación y la injusticia, a pesar de la oposición de algunos dirigentes como Olivares. Ambos grupos fueron marginados y castigados por la Inquisición.
La aristocracia dedicaba su riqueza a actividades especulativas (como la inversión en juros o en la fleta de barcos para América) y a la ostentación de productos de lujo y monopolizaba los principales cargos de la Administración.
El otro grupo privilegiado era el Clero, con un enorme peso demográfico y económico. La Iglesia controlaba la vida intelectual y cultural del país y ejercía su poder a través de la Inquisición. Además, contaba con un enorme patrimonio en obras de arte, edificios, bienes raíces, fincas rústicas, etc.
Las clases medias urbanas progresaron en el siglo XVI gracias al comercio y al control de los cargos municipales. Su aspiración a ennoblecerse conllevó que prefirieran invertir sus beneficios en la compra de tierras o de cargos antes que en actividades industriales.
La mayor parte de la población la formaban las clases trabajadoras: artesanos, pequeños campesinos arrendatarios o jornaleros, etc. La inflación del XVI y la crisis del XVII los empobrecieron. Fueron los grandes perjudicados por la política imperial. El crecimiento del número de pobres y la quiebra del sistema productivo aumentó las filas de los marginados sociales.
En América, el último escalón de la pirámide social lo formaban los indígenas, los esclavos africanos y los mestizos de las uniones de ambos grupos. Los indígenas fueron defendidos por algunos religiosos españoles como Bartolomé de Casas que lograron, en 1542, que se aprobaran las Leyes Nuevas que reconocían su condición de súbditos de la Corona. Dado que su mortalidad era altísima, debido a su indefensión frente a las epidemias y a enfermedades comunes entre los europeos, a los malos tratos sufridos y a las matanzas perpetradas por los españoles, fueron sustituidos paulatinamente por los esclavos procedentes de África, sobre todo en el Caribe y América Central. Este horrible trafico creció en el siglo XVII.

7. La cultura. El Siglo de Oro.

La expresión Siglo de Oro designa al auge cultural de España en los siglos XVI y XVII, aglutinando elementos culturales tan diversos como el Humanismo o el pensamiento teológico, ético y estético de la Contrarreforma. El Siglo de Oro coincide con el mayor auge del Imperio.
El triunfo de lengua castellana fue una de las principales características del Siglo de Oro; el castellano se convirtió en el idioma de España y se consagró como lengua culta y compañera del Imperio (Nebrija).
El Renacimiento en España trae consigo la revitalización de los estudios bíblicos y teológicos, destacando la difusión del erasmismo, corriente de seguidores del humanista flamenco Erasmo de Rotterdam, en España hasta que fue erradicada por la represión inquisitorial. Entre los más insignes representantes del erasmismo, conviene citar a Juan Luis Vives, Arias Montano y a los Hermanos Valdés.
El pensamiento político y económico también tiene su despegue en el XVI, con la aparición del Derecho Internacional de Gentes y el apogeo de la Escuela de Salamanca. Mencionemos a Francisco Suárez y a Juan de Mariana.
La ciencia sobresale gracias al estímulo para el impulso de la geografía y la cartografía y de la metalurgia. Entre 1558 y 1559 se aprueban los Decretos que prohíben la educación de los españoles en el extranjero. El desarrollo científico sufrirá el aislamiento respecto a Europa y hay que esperar a los Novatores, movimiento de fines del XVII que intenta traer a España los planteamientos de empirismo de Bacon o de la física de Newton, para modernizar la teoría y práctica científica, sobrepasando los límites de la tradición escolástica o humanista.
En el Siglo XVII, asistimos al dominio del Barroco. Se trata de un sistema cultural conservador impulsado por los monarcas absolutos europeos y las diversas Iglesias, que en España se convierte en un instrumento de difusión de los valores de la Contrarreforma emprendida por la Iglesia católica.
Es, por último, en el arte y en la literatura, dónde se produce el más rico y vigente legado del Siglo de Oro, a partir de las influencias italianas y flamencas, superándolas. En la lista figurarían pintores como Tiziano, El Greco, Velázquez, Murillo, Ribera, Valdés Leal; escultores como Gregorio Fernández, Alonso Cano; poetas como Garcilaso, San Juan de la Cruz, Góngora, Quevedo; novelistas como Cervantes, el autor anónimo del Lazarillo, Mateo Alemán; dramaturgos como Calderón, Lope de Vega, etc.


Velázquez. Las Meninas