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lunes, 2 de diciembre de 2024

4º de ESO. Las revoluciones liberales. Actividades

Estas son las actividades que debéis entregar:

Actividades en grupo:

Elaboración de un periódico histórico. Recordad que las pautas son las siguientes: el grupo no debe exceder de cuatro personas; debéis incluir noticias de los tres temas sobre los que trata el trabajo (imperio de Napoléon. oleadas revolucionarias del 20, 30 y 48 y revolución liberal en España); hay que utilizar imágenes y en obligatorio recrear una entrevista a un personaje histórico del periodo.

Las noticias tienen que estar redactadas de manera muy clara, respondiendo siempre a las clásicas preguntas de ¿quién?, ¿por qué?, ¿cuándo?, ¿dónde?, etc., y encabezadas por un titular corto y llamativo del tipo de "¡Proclamada la constitución española en Cádiz!"o "Napoleón es derrotado en Waterloo"

La información la podéis obtener del libro de texto. Si queréis ampliar la información, podéis consultar las siguientes entradas del blog, pero tened en cuenta que están pensadas para bachillerato:

Entrada sobre la revolución francesa que contiene un punto sobre el gobierno de Napoleón Bonaparte.

Entrada sobre las oleadas revolucionarias.

Entrada sobre la revolución liberal en España. Contiene información sobre la guerra de Independencia y las Cortes de Cádiz.

Tambiçen puedes consultar esta entrada sobre las revoluciones liberales y esta entrada sobre la guerra de Independencia y las Cortes de Cádiz en la web del IEDA.

El formato del trabajo es elección vuestra. Si os resulta más fácil, podéis intentar descargaros de la red una plantilla y editarla.

Actividades individuales:

Hoja de Actividades 5. La Revolución liberal en España. No es necesario que imprimáis el documento, repartiremos una copia en clase.

Comentario de una imagen: La libertad guiando al pueblo.


martes, 5 de noviembre de 2024

4º ESO. Revolución Francesa. Actividades


¡Hola a tod@s!

Continuamos con la situación del aprendizaje dedicada a las Transformaciones ocurridas entre 1700 y 1848 que derribaron el Antiguo Régimen y dieron lugar a la civilización liberal y capitalista de los siglos XIX y XX. En el apartado dedicado a las transformaciones políticas estamos estudiando las revoluciones burguesas, entre las que destaca la Revolución Francesa.

Actividad 5. Explica los cambios sucedidos en Francia en 1789 a partir de las imágenes y de los textos. Para ello, puedes guiarte por las preguntas que se formulan abajo.

Imagen 1. Hay que esperar que el juego acabe pronto.



Imagen 2. El despertar del Tercer Estado.



Texto 1. Decreto de Abolición del sistema feudal. Agosto de 1789. 


Art. 1º-. La Asamblea Nacional suprime en su totalidad el régimen feudal y decreta que los derechos y los deberes, tanto feudales como censitarios, los que hacen referencia a la (…) servidumbre personal (…) quedan abolidos sin indemnización (...). 

Art. 4º -. Todas las justicias señoriales son abolidas sin ninguna indemnización. 

Art 5º-. Los diezmos de cualquier tipo y los censos correspondientes, bajo cualquier denominación con la que se conozcan, quedan abolidos. 

Art. 11º-. Todos los ciudadanos, sin distinción de nacimiento, pueden ser admitidos en todos los trabajos y dignidades eclesiásticas, civiles y militares, y ninguna profesión útil puede producir deshonra. 


Texto 2. La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. Agosto de 1789 


"Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de las desgracias públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer, en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagradas del hombre (...). 

Artículo 1. Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos, las distinciones sociales no pueden fundarse más que sobre la utilidad común. 

Artículo 2. El objeto de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Estos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión. 

Artículo 3. El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación. Ningún cuerpo ni individuo puede ejercer autoridad que no emane expresamente de ella." 


Pautas para el comentario:

a) Realiza una breve introducción en la que definas el proceso histórico que vas a explicar.

b) Describe las escenas representadas en las ilustraciones (personajes, acción, etc.) 

Puedes consultar la página: https://profediegoestin.wordpress.com/2015/05/05/5o-revolucion-francesa-caricaturas/

c) Explica cual es el contexto de ambas (características de la sociedad del Antiguo Régimen, situación de Francia en 1789, etc.)

c) Valora cual era la intención de sus autores (defensa o crítica de la sociedad del Antiguo Régimen)

d) Resume que acontecimiento sucedido en 1789 se puede explicar a partir de ambas ilustraciones.

e) Nombra que institución es la autora de los dos textos.

f) Explica que sistema económico y social elimina el primer texto. 

g) Explica los principios políticos y sociales del liberalismo que se concretan en la Declaración de Derechos.

h) Diferencia entre los grupos sociales que salen beneficiados por ambos Decretos y los estamentos que fueron perjudicados. 

i) Teniendo en cuenta todo lo anterior, resume cuales son los principales cambios ocurridos en Francia en 1789.


Actividad 6.  Explica las etapas de la Revolución Francesa a partir de las imágenes y de los textos. Para ello, puedes guiarte por las preguntas que se formulan abajo:


Imagen 3. Asalto al Palacio de las Tullerías




Imagen 4. Ejecución de Luis XVI




Texto 3. Robespierre: Discurso sobre las Subsistencias y el Derecho a la Existencia. 1792 

Los artículos que no son de primera necesidad pueden ser abandonados a las especulaciones de los comerciantes, pero la vida de los hombres no puede ser sometida a la misma suerte. El comerciante puede guardar las mercancías de lujo hasta que encuentre el momento de venderlas al precio más alto posible, pero no tiene derecho a amontonar trigo mientras sus semejantes se mueren de hambre. 

De todos los derechos, el primero es el de existir. Por lo tanto, la primera ley social es aquella que garantiza a todos los miembros de la sociedad los medios para existir; todas las demás están subordinadas a ésta.” 

Texto 4. Ley de Máximum de los precios. Gobierno revolucionario de los jacobinos. 1793  

“Art.1. Los productos de primera necesidad y de los que se ha creído necesario fijar un precio son: la carne fresca, la mantequilla, el pescado salado, el pan, la cerveza, las velas, el azúcar, el aceite, el vino, la sal…etc. 

Art.4. Todo el que compre o venda a un precio más alto del fijado pagará una multa del doble del valor fijado y será inscrito en la lista de personas sospechosas.” 

Texto 5. Declaración de Derechos del Hombre de 1793

Artículo 18: Todo hombre puede comprometer sus servicios, su tiempo; pero no puede venderse, ni ser vendido; su persona no es una propiedad alienable. (...)

Artículo 21: (...) La sociedad debe asegurar la subsistencia de los ciudadanos desprotegidos, ya sea procurándoles un trabajo, ya sea asegurando los medios de existencia a los que no estén en condiciones de trabajar.

Artículo 22 La educación es necesidad de todos. La sociedad debe esforzarse al máximo para (...) poner la educación pública al alcance de todos los ciudadanos.


Pautas para el comentario:

a) Realiza una breve introducción en la que definas el proceso histórico que vas a explicar (la proclamación de la I República Francesa).

b) Describe la escena representadas en la imagen 3 (personajes, acción, acontecimiento que se representa,  etc.) 

c) Explica el contexto y las causas del acontecimiento sucedido en agosto de 1792 representado en la imagen 3.

d) Describe la escena representadas en la imagen 4 (personajes, acción, acontecimiento que se representa,  etc.) 

e) Lee atentamente los textos 3 y 4 y responde a las preguntas: ¿Qué debe prevalecer para Robespierre: la libertad de mercado o el derecho de todas las personas a acceder a los bienes más básicos como la comida o la vivienda? ¿Qué problema económico y social que existía en Francia desde los momentos anteriores a la revolución de 1789 intentaba solucionar la ley de maximum?

f) Lee atentamente el texto 5 y resume cuales son los principales derechos introducidos por los jacobinos en 1793.

g) Resume, atendiendo a los textos y a lo explicado en clase, las principales diferencias entre la monarquía parlamentaria nacida en verano de 1789 y la República jacobina de 1793.

Puedes consultar la entrada 4º de ESO. La Revolución Francesa. Etapas si necesitas más información.

 


miércoles, 23 de octubre de 2024

4º ESO. La Revolución americana

 

1) Guerra de la Independencia


Características de las colonias americanas antes de la guerra:


1. Eran 13 colonias situadas en el Este de los actuales USA.
2. Entre 1700-1770 se produjo un gran crecimiento demográfico (de 200.000 habitantes se pasó a 2 millones) La mayoría de estas personas ya no estaban vinculados a la metrópoli, Inglaterra.


Las Trece Colonias. Fuente: Wikipedia

Causas:


  1. El aumento de impuestos en las colonias decretado por el gobierno británico. Por ejemplo, se aprueba la Stamp Act (1765) que introduce un nuevo impuesto sobre el papel y las Townsend Acts (1767), que gravan la importación de una serie de productos de la metrópoli: vidrio, papel, te, etc. Además, las autoridades británicas prohibieron la apertura de nuevas fábricas en las colonias para favorecer las importaciones inglesas e impidieron su comercio con otros países.
  2. La marginación de los colonos americanos que no cuentan con representación en el Parlamento británico.
  3. La Llegada de las ideas de la Ilustración francesa que influyeron poderosamente en los colonos (Igualdad Legal, división de poderes, etc.)

Proceso Revolucionario:


Se trata de un doble proceso ya que la revolución Americana es, a la vez, una revolución de Independencia frente y una Revolución Burguesa.
La cronología es la siguiente:

1773. Motín del Té en Boston. Se trata de un motín contra los beneficios aduaneros que Inglaterra concedió al té procedente de la India en detrimento del americano.
1774 Los Delegados de las 13 colonias redactan una Declaración de Derechos y deciden suspender el comercio con Inglaterra.
1775-1783. Se produce la Guerra de Independencia norteamericana. George Washington, es elegido comandante de las milicias coloniales que tienen en frente al ejército ingles. Los colonos tendrán el apoyo de Francia y España, interesados en debilitar a Inglaterra, lo que les permitirá crear un ejército.
1776. Se redacta la Declaración de Derechos de Virginia
1776. (4 de Julio) Es promulgada la Declaración de Independencia redactada por Thomas Jefferson.
1783. En la Paz de París, el Reino Unido reconoce la independencia de los Estados Unidos.
1787. Aprobación de la Constitución de los USA. A partir de aquí, se consolida un sistema político liberal que, en su esencia, ha permanecido inalterable hasta hoy.


2) Sistema político


Características de la Constitución Americana:


1. Fuentes de la Constitución: la Ilustración, de la que toman los principios de división de poderes, igualdad legal, etc. y el parlamentarismo inglés.

2. Aspectos importantes:

-Se trata de una Constitución Presidencialista, federal y republicana.
-Contiene una Declaración de derechos Ciudadanos 
-El Poder Ejecutivo es detentado por el Presidente (que es, a la vez, Jefe de Estado y Primer Ministro). Es elegido por cuatro años por Sufragio Universal indirecto. Nombra al Gobierno (Secretarios).
-El Poder Legislativo es detentado por un Congreso bicameral, compuesto por el Senado, formado por 2 senadores por cada estado, y la Cámara de Representantes, elegidos proporcionalmente en función de la población de cada estado.
-El Poder Judicial tiene como principal institución al Tribunal Supremo compuesto por 9 miembros.
-Existe un importante equilibrio de competencias entre la Unión (Defensa, Moneda, Comercio Exterior, Relaciones Internacionales, etc.) y los estados (Policía, Comunicaciones, Educación, Justicia, etc.)
-La Libertad religiosa se protege mediante la separación entre Iglesia y Estado.



viernes, 18 de octubre de 2024

Historia de España. Bloque 5. La conflictiva construcción del estado liberal. Primera parte. El Reinado de Isabel II (1833-1868)

El proceso histórico que denominamos “Revolución Burguesa” o “Revolución Liberal” comenzó en España durante la Guerra de Independencia, con la convocatoria de las Cortes de Cádiz y la redacción y proclamación de la Constitución de 1812. Sin embargo, tras el fin de la guerra, la Constitución fue derogada y el absolutismo y el feudalismo fueron restaurados, por lo que, exceptuando el breve periodo del Trienio Liberal, en España el Antiguo Régimen permanecía vigente en 1833, fecha en la que se produce el fallecimiento de Fernando VII.

Por lo tanto, no será hasta el reinado de Isabel II cuando se produzcan en España las transformaciones que permitan hablar de Revolución Burguesa o Liberal. Estas transformaciones se resumen en:
  • Políticas: Soberanía nacional, gobierno representatativo, parlamentarismo, elecciones libres, etc.
  • Económicas: Implantación del capitalismo como sistema económico, predominio de la propiedad privada, libertades de comercio, de fabricación, de contratación.. eliminación de los gremios, de los mayorazgos y señoríos y de la Mesta, etc.
  • Sociales: Igualdad ante la ley, fin de los privilegios y de los señoríos, etc.
Sin embargo, este proceso no fue en España resultado del triunfo en las calles de una revolución liberal liderada por las clases medias urbanas como en Francia u otros países europeos sino que fue consecuencia de un compromiso entre la Corona, las élites políticas, económicas y sociales del país. Además, estuvo caracterizado por la permanencia de muchas de las características del Antiguo Régimen.

El reinado de Isabel II, una niña de tres años cuando accedió al trono, no comenzó de manera fácil. En los últimos años de la vida de Fernando VII, en octubre de 1830, nació Isabel de Borbón, por lo que el rey aprobó la Pragmática Sanción que abolía la Ley Sálica de 1713 que excluía del trono a las mujeres. Carlos Mª Isidro, hermano del rey y hasta ese momento su sucesor, vio cerrado su camino al trono y no aceptó los derechos de su sobrina. Tras la muerte de Fernando VII, se produce el enfrentamiento entre los liberales, partidarios de Isabel y los absolutistas, partidarios de Carlos Mª Isidro y conocidos como los carlistas. Por lo tanto, con la Primera Guerra Carlista como trasfondo, se inicia el reinado de Isabel, cuya primera etapa está cubierta por la Regencia de su madre y esposa de Fernando VII, María Cristina de Borbón.


1. La Regencia de María Cristina


1.1 La Primera Guerra Carlista



Denominamos Carlismo al movimiento político que apoyó los derechos de Carlos Mª Isidro de Borbón al trono español, tras la muerte de su hermano Fernando VII, frente a la candidatura de su sobrina Isabel de Borbón. Su programa se resume en el lema “Dios, Patria, Fueros y Rey” y se compone de:
  • La defensa de la Monarquía Absoluta y del Antiguo Régimen.
  • El Tradicionalismo católico y la defensa de los intereses de la Iglesia: Los carlistas rechazaron la desamortización de los bienes eclesiásticos y la libertad de cultos.
  • La exigencia de la permanencia de los Fueros Vasco-Navarros (Leyes que establecían el autogobierno de esas provincias, un sistema de justicia y un régimen fiscal distintos de los del resto del país y la exención del reclutamiento de quintas para sus habitantes)
  • La oposición radical a las reformas liberales.

El Carlismo se expandió por el Norte peninsular, especialmente por las áreas rurales de País Vasco, Navarra o Cataluña, regiones en los que su discurso reivindicativo de los fueros y de las tradiciones encontró eco entre el Bajo Clero y la pequeña nobleza rural y en las que la propiedad de la tierra estaba más repartida que en el Sur o en Levante, por los que los Decretos de Abolición de los Señoríos apenas tuvieron eco entre el campesinado. Los focos del carlismo fueron, por tanto, el País Vasco y Navarra, el Maestrazgo (comarca comprendida entre Teruel, Castellón, Valencia y Cuenca) y el interior de Cataluña, quedando algunos puntos dispersos en otras zonas del país.


Las fases de la Primera Guerra Carlista fueron las siguientes:

1ª) Levantamiento inicial (1833): Tras el fallecimiento de Fernando VII, una Junta Carlista formada por partidarios del Infante D. Carlos organiza una rebelión que fracasa en Madrid pero triunfa en el País Vasco. Los carlistas comienzan a organizar partidas imitando a las guerrillas de la Guerra de Independencia.

2ª) Organización militar (1833-35): En Euskadi y Navarra se organiza un ejército carlista bajo la dirección del Coronel Tomás Zumalacárregui, que pronto controla todo el territorio menos las capitales, Bilbao y San Sebastián, que sitian. En Julio de 1834, Don Carlos se instala allí y el País Vasco se configura como el centro neurálgico del carlismo, incluso después de la muerte de Zumalacárregui en el sitio de Bilbao en Junio de 1835.
En el Maestrazgo, el Ejército cristino impide que las partidas carlistas bajo la dirección de Ramón Cabrera se unifiquen. Lo mismo ocurre en Cataluña y en Castilla, dónde las partidas carlistas son dirigidas por el Conde de España y el Cura Merino, respectivamente.

3ª) Expedicionaria (1836-7): Siguiendo un Plan del fallecido Zumalacárregui, los carlistas emprenden incursiones por el Norte y el Centro de la Península con el doble objetivo de aliviar la presión del ejército isabelino sobre sus líneas e intentar recabar el apoyo de la población de las zonas recorridas incorporando voluntarios a sus filas. Las expediciones se llevaron a cabo mediante pequeñas columnas de gran movilidad.
Las principales expediciones fueron las de Guergué (por el Pirineo catalán), Gómez (Asturias, Galicia, Castilla, Córdoba y Extremadura), Zairatiegui (Castilla) y la famosa Expedición Real, comandada por el propio Carlitos, que tras cruzar el Ebro, se dirigió a los alrededores de Madrid. Los éxitos del ejército cristino encabezado por el General Espartero, que despejó el sitio de Bilbao en Diciembre de 1836, acabaron con las expediciones.

4ª) División interna y desenlace (1838-1839): En Julio de 1838, Rafael Maroto, es nombrado Comandante Jefe del ejército carlista. A partir de aquí, con el apoyo de los elementos más moderados del carlismo, partidarios de un arreglo negociado con la Regente, llega a un acuerdo con los generales isabelinos. El acuerdo se cristalizó en el Convenio de Vergara, firmado en Agosto de 1839 y consagrado por el famoso Abrazo de Vergara entre Espartero y Maroto, consistente en la integración de los oficiales carlistas en el ejército isabelino a cambio del desarme y de la promesa de Espartero de recomendar a las Cortes que se mantuvieran los fueros vasco y navarro.

El Convenio no contó con el beneplácito del sector más ortodoxo del carlismo, los denominados “apostólicos” y Maroto tuvo que recurrir a la represión contra estos en las provincias vascas y Navarra para que lo acataran, llegando a fusilar a oficiales contrarios al acuerdo. El propio Infante no dio su beneplácito al mismo y, en el Maestrazgo, Ramón Cabrera continuó con la lucha, por lo que la guerra no acabó en esta zona hasta 1840. Morella (provincia de Castellón) fue el principal reducto de la resistencia carlista hasta que cayó en Mayo, por lo que el ejército de Cabrera se replegó a Cataluña, hasta que en Julio cruzó la frontera francesa, finalizando la guerra con la victoria del ejército cristino o isabelino.

El Abrazo de Vergara. Grabado de 1902
El coste humano de la guerra fue altísimo, ya que se produjeron entre 150.000 y 200.000 muertos, una cifra considerable si tenemos en cuenta que la población española era de 13 millones. La guerra implicó a gran parte de la población, llegando el ejército cristino, por ejemplo, a sumar 500.000 hombres, gracias al mecanismo de incorporación de las quintas.
Una de las claves del triunfo isabelino fue la ayuda militar facilitada por ingleses y franceses que, en 1834, firmaron la Cuádruple Alianza junto a España y a Portugal, un pacto de ayuda mutua contra las potencias absolutistas como Austria.

Isabel II y su esposo Francisco de Asís en 1865


1.2 Los Gobiernos durante la Regencia de Mª Cristina. El Estatuto Real y la Constitución de 1837


Durante la Regencia de María Cristina se produjo en España la liquidación del Antiguo Régimen y la construcción de un sistema político y económico liberal. Esto se debió más a una solución de compromiso que a una revolución burguesa ya que se produjo por un pacto entre las élites del Antiguo Régimen: la Corona necesitaba del apoyo de los liberales para vencer a los carlistas y mantener a Isabel II en el trono, mientras que los liberales conservadores rechazaban las experiencias revolucionarias tras el fracaso de las Cortes de Cádiz y del Trienio Liberal.

Doña María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, reina de España


A) El Estatuto Real


María Cristina inició su Regencia, amnistiando a exiliados liberales y encomendando el Gobierno a los ministros de su marido más inclinados a las reformas como Cea Bermúdez o Javier de Burgos que, en 1833, llevó a cabo una reforma de la Administración de la que hemos heredado la actual división del territorio español en provincias y de éstas en partidos judiciales. Sin embargo, la amenaza de los carlistas evidenció que sólo un acuerdo con los liberales podría mantener a ella y a su hija en el trono. Así que llamó a Martínez de la Rosa, un liberal moderado, para que formara un gobierno que hiciera frente a la insurrección carlista e integrara a los liberales más conservadores en el sistema sin alterar los poderes de la Corona. 

Martínez de la Rosa emprendió una serie de reformas políticas y económicas moderadas. Entre ellas destacó la elaboración del Estatuto Real en 1834. Se trata de una carta otorgada (llamamos carta otorgada al documento que, al contrario que una Constitución que es elaborada por un parlamento representativo, es redactado por un Rey y aprobado por él) concedida por la voluntad de la Regente, en la que se establecen algunas reformas del sistema político:
  • Soberanía compartida entre el Rey y las Cortes 
  • La Corona se reserva el poder ejecutivo y la iniciativa legislativa, podía convocar y suspender Cortes cuando quisiera y cualquier ley, además de la aprobación de las Cámaras, necesitaba el consentimiento del rey (derecho de veto).
  • Cortes bicamerales formadas por la Cámara de Próceres, constituida por los Grandes de España y otros designados de forma vitalicia por el monarca, y la Cámara de Procuradores, elegida mediante sufragio.
  • Sufragio censitario muy restringido. Solo los varones de más de treinta años que poseyeran una renta superior a doce mil reales anuales tenían derecho de voto.

Evidentemente, la elaboración del Estatuto Real no consiguió integrar a todos los liberales en el sistema político, especialmente a los más avanzados, ya que no recogía la soberanía nacional, una división de poderes efectiva e impedía la participación de las clases medias. La insuficiencia de las reformas de Martínez de la Rosa, en un contexto de guerra civil contra los carlistas, llevó a que los liberales terminaran por escindirse en dos grupos, división ya iniciada en el Trienio Liberal: 
  • Moderados, antiguos doceañistas y partidarios de un liberalismo más conservador
  • Progresistas, antiguos exaltados 

La presión de los carlistas en el Norte y la incapacidad del gobierno de Martínez de la Rosa para frenarlos provocó que, en el verano de 1835, sucedieran revueltas en las principales ciudades españolas que en las que se produjeron asaltos a conventos e, incluso, asesinatos de frailes, motivados por el odio popular a las órdenes religiosas por su apoyo a los carlistas. La regente María Cristina, desbordada por la situación, tuvo que llamar en septiembre de 1835 a un destacado dirigente progresista para que formara gobierno. Se trataba de Juan Álvarez Mendizábal, el hombre que encabezó la definitiva transformación de España en una estado liberal con un sistema económico capitalista.

Retrato de Mendizábal

B) Los gobiernos de Mendizábal.


Mendizábal protagonizó la política española entre 1835 y 1837 como presidente del gobierno o como Ministro de Hacienda o de Estado. Su objetivo era restablecer la obra de las Cortes de Cádiz, algo que ya había sido intentado durante el Trienio Liberal sin éxito. Mendizábal, en cambio, si consiguió llevar a cabo las reformas necesarias para construir el estado liberal y el sistema económico capitalista. Las principales líneas del gobierno de su gobierno fueron:
  • Sanear la Hacienda aumentando los ingresos fiscales, vendiendo bienes, reduciendo gastos y renegociando prestamos
  • La Desamortización de los bienes de la Iglesia (Conventos, congregaciones, bienes clero secular…) y la prohibición del cobro de tributos a la Iglesia (el Diezmo). La Desamortización tenía un triple objetivo: Recaudar dinero para sanear las cuentas del estado y financiar la guerra contra los carlistas; socavar el poder económico del clero; crear una clase de campesinos acomodados que apoyaran el régimen liberal. Los dos primeros se consiguieron relativamente mientras que el tercero no se cumplió. Es más, la principal beneficiaria fue la Nobleza que acaparó la compra de tierras, lo que explica también su aceptación del liberalismo en su versión moderada.
  • El reforzamiento del Ejército impulsando el reclutamiento de quintas para acabar con la guerra carlista.
  • La reconstrucción de la obra emprendida por las Cortes de Cádiz y el Trienio Liberal.

Mendizábal dimitió como Presidente del Gobierno en Mayo de 1836 por sus desavenencias con la Regente. Sin embargo, en agosto volvió al gobierno tras el estallido de la "Sargentada de la Granja", un pronunciamiento de los sargentos de la Guardia Real, apoyado por el partido progresista, que fue secundado en numerosas ciudades y que obligó a la Reina Regente, que descansaba en el palacio de la Granja (Segovia), a suspender el Estatuto Real y proclamar la Constitución de 1812. María Cristina tuvo que aceptar que los militares se inmiscuyeran en los asuntos políticos y llamar a los progresistas de nuevo para que formaran gobierno. Una vez en el gobierno, con José María Calatrava como presidente y Mendizábal como Ministro de Hacienda, iniciaron un proceso de reforma de la Constitución de Cádiz, buscando el compromiso con los moderados mediante una serie de concesiones. El resultado fue la aprobación por las Cortes de la Constitución de 1837 que presentó los siguientes rasgos:
  • Es una Constitución de equilibrio entre las diversas tendencias del liberalismo español.
  • Reconocimiento del principio de la soberanía nacional.
  • División de poderes.
  • El Rey detenta el poder ejecutivo y cuenta con la iniciativa legislativa. Posee, además, derecho de veto ilimitado. El rey designa a los senadores y nombra a los ministros, que deben ser aceptados por las Cortes. En caso de desacuerdo, el rey podía optar por la disolución de las Cortes. 
  • Cortes bicamerales: Congreso de los Diputados y Senado. Todas las leyes deben ser aprobadas por ambas cámaras. El Congreso es enteramente electivo. El Senado es nombrado por el rey, tras elección de una terna por el cuerpo electoral.
  • Los Ayuntamientos son elegidos por los vecinos.
  • Declaración de derechos del Hombre y Ciudadano. Se recogían diferentes derechos individuales como la libertad de imprenta.
  • Combina la Confesionalidad católica con la tolerancia hacia otras religiones. El Estado se comprometía a subvencionar al clero expropiado con las desamortizaciones.

En 1837, fuera de la Constitución que no determinaba el tipo de sufragio, se aprobó una ley electoral que estableció el voto censitario masculino. Tenían derecho de voto los mayores contribuyentes (a través de una cuota  impositiva mínima directa) y personas con un determinado nivel intelectual: miembros de las Reales Academias, profesores de la enseñanza pública, doctores, licenciados, curas párrocos. En total, participan unos 240.000 varones de más de 25 años, el 2,2% de la población.
El gobierno de Calatrava y Mendizábal llevó a cabo, además, otras reformas significativas que supusieron la consolidación definitiva del liberalismo en España y la eliminación del feudalismo. Por ejemplo, acometieron la abolición definitiva de los señoríos, los diezmos o los mayorazgos y la supresión de los gremios. 

c) El "Trienio Moderado"


A partir de 1838, se suceden varios gobiernos formados por los liberales moderados que inician reformas, como la de la Instrucción Primaria o la Ley de Minas de 1839, que liberalizó las minas, hasta entonces monopolio real. Sin embargo, las notas más características del periodo son el avance del Ejército contra los carlistas que fueron derrotados en 1840 y la inestabilidad de los partidos políticos. Esto favoreció la pujanza de los militares que, como el moderado Narváez o el progresista Espartero, pasarán a protagonizar la política española.


2. La Regencia de Espartero (1840-1843)



A partir de la promulgación de la Constitución de 1837,se suceden gobiernos de signo moderado, ya que estos vencen en las elecciones; por tanto, los progresistas quedan marginados del poder. En 1840 el gobierno moderado, con la aquiescencia de Mª Cristina, promulgó una Ley Municipal que facultaba a la Corona a nombrar los alcaldes de capitales de provincias y a los Gobernadores Civiles. El objetivo era eliminar el poder del partido progresista en las ciudades. La Ley provocó levantamientos en las ciudades dominadas por los progresistas, comenzando por Barcelona, mediante la creación de juntas revolucionarias apoyadas por la Milicia Nacional y los ayuntamientos progresistas. Estos hechos culminan con la dimisión de Mª Cristina en septiembre, por lo que el general Espartero pasa a ocupar la Regencia, tras una votación de las Cortes, al ser una figura de prestigio, gracias a sus éxitos contra los carlistas y a su afinidad con el partido progresista.

El periodo de la nueva Regencia siguió a grandes rasgos la línea progresista de desmantelamiento del régimen señorial y desamortización eclesiástica, con una nueva desamortización que afectaba a los bienes del clero secular o parroquial. Además, se aceleró la desamortización de los bienes eclesiásticos y se recortaron los fueros vasco-navarros.
Espartero

Pero la oposición de los moderados, estimulados desde el exilio en París por Mª Cristina y las divisiones dentro de los progresistas por el desencanto que generó el estilo autoritario y personalista de gobernar de Espartero convirtieron muy pronto al general en un gobernante impopular.

La sublevación de Barcelona sería la chispa que provocaría la consolidación de un amplio movimiento en contra del general. Éste, en 1841, firmó un acuerdo comercial con Inglaterra que permitía la importación de tejidos confeccionados con algodón. El acuerdo perjudicaba claramente los intereses de la naciente industria textil catalana y engendró grandes protestas en Barcelona que fueron duramente reprimidas. El bombardeo de la ciudad, en diciembre de 1842, llevó a que Espartero perdiera toda su popularidad, incluso entre los propios progresistas.

Finalmente, una sublevación militar organizada por los moderados y encabezada por los generales Narváez y O´Donell, a la que se unieron algunos progresistas,como Prim, precipitó el fin de la Regencia de Espartero, que presentó su dimisión. Para no tener que nombrar un tercer regente, las Cortes tomaron la decisión de avanzar la mayoría de edad de Isabel II y proclamarla reina.


3. La Década Moderada (1844-1854) 



Tras acceder al trono al adelantarse su mayoría de edad en noviembre de 1843, Isabel II mostró desde un principio su preferencia por los moderados. Se abría así un largo período de predominio del partido moderado, heredero de los antiguos doceañistas del Trienio, que plantearon un programa político más conservador que el que se había intentado implantar en 1812 y 1820. Los principales rasgos del régimen moderado fueron:
  • El pacto entre las élites (la antigua nobleza y la alta burguesía) y la marginación de las clases medias y de las clases trabajadoras. Estas élites basaron su poder en el dominio sobre la propiedad de la tierra, creando una clase de grandes terratenientes agrarios que impusieron una política económica claramente favorable a sus intereses.
  • La consolidación de un régimen liberal compuesto por gobiernos elegidos, división de poderes, libertades individuales, constitucionalismo...pero que solo existía en apariencia. En realidad, el sistema era muy autoritario y la Corona y el gobierno gozaban de un amplio poder y apenas eran controlados. En este sentido, destaca el papel del general Narváez, que fue el político moderado más destacado del periodo. 
  • Surgieron, además, las camarillas, grupos de presión formados por personajes cercanos a la familia real y que gozaron de gran influencia, viciando y corrompiendo el sistema.
  • La manipulación y el fraude electoral degradaron definitivamente el sistema y dejaron a la oposición en la más absoluta marginación política.Los progresistas optaron por el retraimiento, negándose a participar en unas consultas electorales claramente amañadas, o por la preparación de pronunciamientos apoyados por insurrecciones populares.


Narváez
En mayo de 1844 se formó un gabinete presidido por Narváez, la gran figura de los moderados que representa a una tendencia partidaria de hacer una nueva constitución, a medio camino entre las Constituciones de 1812 y 1837 y el Estatuto Real de 1834. El autoritarismo fue una de las principales características del régimen de Narváez. Su figura representa como ninguna al protagonismo político que tuvieron los militares durante el reinado de Isabel II.


La Constitución de 1845:


De carácter moderado, se diferencia de la de 1837 en una serie de aspectos esenciales: 

  • Soberanía compartida del Rey y las Cortes. Esto significa que el poder legislativo será compartido por ambas instituciones, por lo que la Corona, que además controla el poder ejecutivo, tendrá una clara preeminencia sobre las Cortes. La convocatoria de Cortes corresponde al monarca. 
  • El Senado pierde carácter electivo, pasando a estar nombrado por la Corona. 
  • Confesionalidad del Estado: “La religión de la nación española es la religión católica”. 
  • Recorte de los derechos individuales, especialmente las libertades de expresión y reunión. 
Un conjunto de leyes y reformas completaron el proceso de formación del Estado liberal en España que, durante el periodo 1844-1868, institucionalizó un régimen liberal moderado al servicio de la nueva clase social dominante: la burguesía terrateniente.


Las reformas moderadas


  • Ley Electoral de 1846 que configura un verdadero régimen oligárquico. Se estableció un sufragio muy restringido que limitó el cuerpo electoral a 97.000 varones mayores de más de 25 años, lo que suponía el 0.8% del total de la población.
  • Ley de Ayuntamientos de 1845, que reforzaba el centralismo, reservando al gobierno el nombramiento de los alcaldes de municipios de 2.000 o más habitantes y de las capitales, siendo el resto nombrados por el Gobernador. En 1849, se crean las Diputaciones Provinciales.
  • Creación en 1844 de la Guardia Civil, fuerza armada, de estructura militar, encargada de aplicar el orden esencialmente en el medio rural. Como medida complementaria se suprimió la Milicia Nacional. 
  • Aprobación del Código Penal en 1848 y del Código Civil en 1851. 
  • Concordato de 1851. Acuerdo con la Santa Sede por el que el Papa reconoció a Isabel II como reina y aceptó la pérdida de los bienes eclesiásticos ya desamortizados. A cambio, el estado español se comprometió a subvencionar a la Iglesia y a entregarle el control de la enseñanza y la censura. 
  • Ley de Enseñanza de 1845. Reforma de la educación: creación de universidades, nuevas especialidades. 
  • Ley de Hacienda de 1845 de 1845, elaborada por el Ministro de Hacienda Alejandro Mon: Con el objetivo de reducir el déficit público, se estableció un nuevo sistema fiscal más racional, eficaz y moderno, que puso fin al enrevesado sistema impositivo del Antiguo Régimen y estableció impuestos para todos: impuestos directos como la Contribución sobre bienes inmuebles, cultivo y ganadería y el Subsidio Industrial y Comercial e impuestos indirectos o como el Impuesto sobre el Consumo, los conocidos como "consumos" que encarecían los productos de consumo diario. 
  • Leyes arancelarias proteccionistas de 1849 que debían favorecer los intereses de los terratenientes agrícolas y del empresarial textil catalán. 


La Oposición:


Está encabezada por el partido Progresista, cuyos principales dirigentes fueron Espartero, Mendizábal, Madoz y Prim. A lo largo del reinado de Isabel II solo estuvieron en el poder durante breves períodos entre los años 1835 y 1844 y 1854-56 (Bienio progresista). La mejor concreción de su programa fue la Constitución de 1837. Hacia 1849 sufrieron una escisión por su izquierda, naciendo el Partido Demócrata que defendían el sufragio universal, la asistencia social estatal y una amplia libertad de asociación.


4. El Bienio Progresista (1854-1856)


La caída de los moderados: A lo largo de la década moderada se desarrolló una política económica claramente favorable a los sectores agrarios terratenientes. Políticamente, los amplios poderes otorgados a la Corona y al poder ejecutivo propiciaron la formación de importantes grupos de presión, las camarillas, que acaparaban y se disputaban el poder al margen de la organización parlamentaria, lo que vició y corrompió el sistema. La manipulación y el control electoral degradaron definitivamente el sistema y dejaron a la oposición en la más absoluta marginación política.

El pronunciamiento de 1854 tuvo como principales causas:
  • La unión de los progresistas y de un sector de los moderados (los denominados puritanos, el ala más centrista del partido moderado, encabezada por los militares Serrano y O´Donnell) contra el proyecto de reforma constitucional de Bravo Murillo en 1852 que pretendía fortalecer más los poderes del ejecutivo en detrimento del Parlamento. El proyecto fracasó, culminando con la dimisión de Bravo Murillo.
  • La crisis de los ferrocarriles que estalló cuando las Cortes rechazaron un proyecto de ley sobre concesiones ferroviarias. Sartorius, que encabezaba el Gobierno entonces, reaccionó disolviendo las Cortes. El proyecto era un ejemplo de la corrupción imperante en la época y dirigida por la camarilla, especialmente por la María Cristina de Borbón, la Reina-madre, y su marido, aliados a políticos como Sartorius, empresarios especuladores como el Marqués de Salamanca y al propio Narváez.
  • La férrea censura implantada por el gobierno de la prensa para impedir que se denunciara la corrupción de la camarilla o se utilizara la vida íntima de la reina como argumento de protesta frente al régimen.
  • La subida de los precios del grano que produjo la típica crisis de subsistencias.
La corrupción, por tanto, empujó a gran parte de los moderados a buscar una alianza con sus adversarios progresistas. Estos, por su parte, intentaron movilizar a las clases trabajadoras urbanas perjudicadas por la subida de precios. Finalmente, el descontento generalizado dio lugar, en 1854, al movimiento conocido como la Vicalvarada.
Urrabieta. Barricada en la calle Montera de Madrid

Iniciado por el general O'Donnell en Vicálvaro, el golpe militar se radicalizó tras la publicación por los rebeldes del denominado Manifiesto de Manzanares, cuya intención era atraerse a los progresistas al movimiento. Dicho manifiesto, redactado por Cánovas del Castillo, incluía importantes puntos del programa progresista (autonomía municipal, Milicia Nacional, nueva ley electoral y de imprenta), lo que hizo que consiguiera un amplio respaldo popular (como muestra la formación de Juntas en Madrid, Barcelona, Valladolid o Valencia) y animó a otros generales a unirse a la rebelión. Finalmente el golpe triunfó y propició la formación de un gobierno presidido por el progresista Espartero. La otra gran figura del gobierno, el general O'Donnell creó un nuevo partido, la Unión Liberal, que trató de cubrir un espacio de centro entre moderados y progresistas, aunque gobernó junto a estos en el inicio del bienio.

La principal tarea que van a llevar a cabo los progresistas es retomar la tarea de desmantelamiento del Antiguo Régimen, y la profundización del régimen liberal. El Gobierno progresista restaura la constitución de 1837, aunque ampliando el voto. Unas nuevas Cortes Constituyentes iniciaron la elaboración de una nueva constitución más progresista que no llegó a aplicarse nunca: la constitución “no nata” de 1856
Pero será en el terreno económico donde los progresistas llevan a cabo la tarea más importante:
  • La desamortización general de mayo de 1855, efectuada mediante una ley elaborada por el ministro Pascual Madoz culminó el proceso desamortizador, y afectó esencialmente a las tierras de los municipios ( bienes de propios y comunes), aunque también a la Iglesia y a instituciones benéficas. Aumentó los ingresos obtenidos por la desamortización anterior pero tuvo una grave consecuencia para el campesinado, especialmente al del sur del país, al privarle del uso de las tierras comunales. 
  • La Ley General de Ferrocarriles (junio de 1855) de enorme importancia en la modernización económica del país. 
  • Leyes de Banca y de Sociedades de Crédito, intento de implantar en España una banca moderna.
El Bienio fracasó, como ya había ocurrido en 1840, por su incapacidad para mantener el apoyo popular. Los movimientos populares que apoyaron la sublevación de 1854 reclamaban la abolición de los Consumos y de las Quintas y la solución al grave problema de carestía que sufrían las clases trabajadoras. Sin embargo, los gobiernos progresistas no atendieron ninguna de estas reclamaciones. Esto generó conflictos sociales de importancia (en 1855 se produce la primera Huelga General en la historia de España). A las protestas sociales se unieron el levantamiento de los carlistas y la división entre progresistas y unionistas, creando una situación conflictiva. O´Donnell accedió a la Presidencia del Gobierno, decretó la disolución de la Milicia Nacional (lo que privaba a los progresistas de su fuerza militar) y restableció la constitución de 1845.


5. La vuelta de los Moderados y el final del reinado isabelino (1856-1868)



La agitación social creciente provocó la ruptura entre Espartero y O'Donnell. Nombrado el líder de la Unión Liberal presidente del gobierno en julio de 1856, se inició un proceso de revisión de la labor del bienio que finalmente trajo la vuelta de Narváez y los moderados al poder en octubre de 1856. Se volvía así al régimen moderado de la Constitución de 1845. El periodo comprendido entre 1856 y 1868 fue de alternancia en el poder entre la Unión Liberal y el Partido Moderado.


Etapas:


1856-1858. Se produce el retorno de los moderados al poder. 

1858-1863. La Unión Liberal de O’Donnell. A grandes rasgos, podemos decir que entre 1858 y 1863, etapa de gobierno unionista, hubo una relativa estabilidad política, con intervención de los moderados, de la Unión Liberal y de los progresistas en el gobierno, quedando al margen carlistas y demócratas. Los carlistas provocan un movimiento en 1860 con un desembarco en San Carlos de la Rápita que fracasa. También se producen revueltas campesinas (como la de Loja en 1861) que tenían como trasfondo las quejas por el injusto reparto de la tierra producido durante las desamortizaciones, el sistema de quintas y los consumos.

1863-1868. La vuelta de Narváez al poder en 1863, y con él del autoritarismo, agudizó la crisis del sistema: en los últimos años se rompe el consenso ya que la marginación de los progresistas fue mayor: Progresistas y demócratas recurren a los pronunciamientos, cuyo fracaso conduce a los líderes progresistas al exilio. Los intentos de insurrección como el motín de los sargentos del cuartel de San Gil en Madrid en 1866 o las protestas estudiantiles de 1865 en “La noche de San Daniel", fueron duramente reprimidos. El creciente autoritarismo del anciano Narváez llevó a la formación del Pacto de Ostende en 1866: unionistas, progresistas y republicanos se aliaron para derribar a Isabel II y el régimen moderado.


Economía:


1856-1864: etapa de crecimiento económico ("boom" de los ferrocarriles) 
1866-1868: etapa de crisis económica: 
  • crisis de subsistencia: crisis agraria en los años 1867-68 que agravó el desolador panorama de estos años. El precio del trigo aumentó en Madrid entre 1866 y 1868 un 100% 

  • crisis financiera: provocada por la evidencia de que las inversiones ferroviarias no eran rentables, por lo que los valores de las acciones ferroviarias en la bolsa bajaron estrepitosamente. Pero el crac bursátil, no fue solo ferroviario, ya que arrastró a otros valores como el de la deuda pública y la cotización del banco de España también se hundió. La consecuencia fue que se paralizó la construcción de la red ferroviaria y la quiebra de la mitad de los bancos. 


Obra política:

1857. Ley Moyano de Instrucción Pública. Es lo más destacado del periodo, ya que es la ley educativa que estará vigente hasta la II República. Merece destacar que se continuó con las Desamortizaciones.


La política exterior: 


Durante este último periodo del reinado de Isabel II se va llevar a cabo una política de prestigio (guerra de Marruecos (1859-1860), intento fallido de recuperar Santo Domingo, expedición a México, guerra contra Perú y Chile...), de exaltación nacionalista que en realidad no consigue el prestigio buscado, si comparamos lo conseguido por España con la expansión de otros países. Esta amplia actividad bélica apenas dio ningún resultado práctico para el país. Algunos ejemplos son:

Sans y Cabot. El General Prim en la Guerra de África
  • México: 1861-1862: El Gobierno de Juárez decide cancelar el pago de la deuda externa. España invade México en colaboración de Gran Bretaña y Francia (que tenía sus propios planes: la coronación de Maximiliano de Habsburgo como Emperador de México) En 1862, el general Prim firma con Juárez la Convención de Soledad y España se retira de México.
  • África: Desde 1844 se habían producido ataques marroquíes a las posiciones españolas en torno a Ceuta y Melilla. En 1859 se declara la guerra a Marruecos y tras la derrota marroquí de Wad-Ras (1860) y la firma del tratado de Tetuán, se amplían posiciones en Ceuta, se obtiene Ifni y se impone una multa al sultán de Marruecos de 400.000 reales. Consiguieron más territorios Francia y Gran Bretaña en este conflicto que España.
  • La Cochinchina (1857-1863): Con el pretexto de vengar las matanza de misioneros, se produjo esta intervención de apoyo a Francia, que obtiene concesiones territoriales (base de la futura Indochina francesa). España obtiene, a cambio, la garantía de libertad religiosa, una indemnización y ventajas comerciales.

6. Conclusión


En definitiva, la principal característica del reinado de Isabel II en España fue la implantación de un sistema liberal en lo político y capitalista en lo económico en el que permanecían vigentes algunas de las más importantes señas de identidad del Antiguo Régimen:
  • En el ámbito político esto se traduce en que el liberalismo español tuvo un sello más autoritario que el europeo. Premisas fundamentales del liberalismo como la soberanía nacional se matizaron en España mediante el concepto de soberanía compartida entre el Rey y las Cortes. Otras directamente se pervirtieron: las elecciones fueron permanentemente falseadas, los militares intervinieron directamente en política derribando e instalando gobiernos, los partidos políticos fueron débiles, etc.
  • A pesar de ello, el reinado de Isabel II, que duró 35 años, tuvo un claro dominador en el partido moderado, representante del pacto al que nos referíamos y del liberalismo conservador. Junto a los gobiernos moderados, destaca el importante papel político que se reserva la Corona, que quedó asociada ideológicamente a los moderados. A la Reina la rodeó un grupo muy influyente formado por familiares, consejeros, amigos, etc., conocido como la camarilla, cuyo poder, en muchas ocasiones, fue superior al de las instituciones y que protagonizó numerosos episodios de corrupción.
  • Este pacto fue contestado, por la izquierda, por los liberales más avanzados (progresistas, primero, demócratas y republicanos, después) y por la derecha, por los nostálgicos del Antiguo Régimen (los carlistas). La oposición simultánea de ambos grupos generó la enorme inestabilidad política del periodo con cambios continuos de gobiernos y de constituciones.
  • Socialmente, en España, esta revolución no tuvo nunca la profundidad que tuvo en Inglaterra o, sobre todo, en Francia, ya que permanecieron muchas de los rasgos del Antiguo Régimen como la posesión de la tierra por la nobleza o el control de la educación por la Iglesia. El pacto fue aceptado por la nobleza (que conservó el dominio sobre la propiedad de la tierra, como ya hemos dicho), bendecido por la jerarquía eclesiástica y apoyado por la burguesía, sobre todo por la vinculada a la administración del estado o la carrera militar.
  • El reparto del poder perjudicó a las clases medias urbanas y a los campesinos. A las primeras porque los marginó del sistema político mediante una ley electoral enormemente restrictiva y también porque se fomentó un tipo de crecimiento económico basado en la especulación del que no se beneficiaron; a los segundos porque, además de políticamente, se les apartó del acceso a la propiedad de la tierra.
La exclusión del pueblo (clases medias trabajadoras y clases medias urbanas) y la corrupción del sistema, personificada en la camarilla que rodeaba a Isabel II, explican que todo desembocara en el estallido de la Revolución democrática de 1868.

Para repasar



lunes, 7 de octubre de 2024

Hª de España.Bloque 4. La crisis del Antiguo Régimen (1788-1833): Liberalismo frente a Absolutismo

0. Introducción. España en la Crisis del Antiguo Régimen

 

Durante el siglo XVIII, España, al igual que la mayoría de los países europeos, experimentó un crecimiento demográfico y económico importante: la población pasó, en un siglo, de 7,5 millones de habitantes a 11 millones, lo que reflejaba una mejora de la producción y de las condiciones de vida.
Sin embargo, España sigue anclada en viejas formas de vida y de organización social, sufre frecuentes y periódicas crisis de subsistencias. Las relaciones feudales impedían el progreso y el crecimiento sostenido de la riqueza. Los campesinos no poseían la tierra y la población que sobraba en el campo no encontraba empleo en la raquítica industria. Además, la situación internacional era terriblemente complicada debido a los conflictos bélicos.
El medio rural acogía al 70% de la población, siendo la agricultura el principal sector productivo del país. El 60% de la tierra cultivada era de propiedad señorial, del clero y de la nobleza. Otra parte importante era de uso comunal de los concejos. Predominaba la gran propiedad trabajada por un campesinado que pagaba como arrendamiento la mayor parte del producto de la tierra a los señores o instituciones propietarias y que, además, debía afrontar el pago de los impuestos al Rey y a los Señores, así como del diezmo a la Iglesia.
Así, la agricultura no podía progresar. Había poca producción sobrante para vender y el campesino difícilmente podía comprar nada, la mayor parte de la población no tenía medios para adquirir mercancías y, por tanto, España no podía desarrollar una industria y un comercio a gran escala. En aquellos años del cambio de siglo se produjeron abundantes agitaciones populares y protestas desesperadas ante la escasez y la carestía.
La Nobleza ocupa en exclusiva los altos cargos políticos y militares, destacando, entre ellos, los Grandes de España. Su relevancia social se debe al dominio señorial sobre las tierras y los oficios y cargos administrativos.
La Iglesia es extraordinariamente rica e influyente. Posee en Castilla la cuarta parte de las rentas agrícolas, abundantes tierras y bienes inmuebles y controla la educación.
La Burguesía es una clase social minoritaria en España que se beneficia del comercio colonial con América y es profundamente crítica con la ineficiencia del estado absolutista y los privilegios de la nobleza pero desprecia al pueblo llano.
El Estado absolutista sufre de déficit crónico, ya que gasta más de lo que ingresa, lo que genera una abundante Deuda Pública. Los Ilustrados propondrán la modernización del sistema fiscal de forma que todos los territorios de la Monarquía y todos los grupos sociales contribuyan de la misma forma; el proyecto, conocido como la Contribución Única, no se llevó a cabo y se va abriendo paso la idea de la Desamortización, que consistía en la expropiación de por el Estado de las tierras pertenecientes a clero y a mayorazgos, las “manos muertas”, en pública subasta.
El Reformismo Borbónico, durante el siglo XVIII, trae la difusión de las ideas ilustradas de Francia y cierta modernización social y cultural del país. Sin embargo, a finales de siglo, es clara la conciencia de la agonía del Antiguo Régimen en España. Los Borbones no supieron o no pudieron detenerla y, a pesar de su apuesta por la modernización, arruinaron el país en su vano intento de asumir el papel de gran potencia.
 

1. El impacto de la Revolución Francesa: las relaciones entre España y Francia. El estallido de la Guerra de Independencia

 

En 1788 asciende al trono Carlos IV que tendrá que afrontar el cataclismo que, para todas las monarquías de la época, supuso el estallido de la Revolución Francesa en 1789. Carlos IV y su ministro Floridablanca intentaron evitar cualquier “contagio” revolucionario mediante un férreo control en las aduanas y una estricta censura, suspendiendo la publicación de numerosos periódicos.
En 1792, Manuel de Godoy, representante del despotismo ilustrado y partidario de reformas económicas y educativas, es nombrado Secretario de Estado por el Rey.
La ejecución del rey francés Luis XVI, en enero de 1793, provocó la creación de una coalición internacional, a la que se une España, que declara la guerra a Francia, la denominada Guerra de la Convención. La guerra acaba con la derrota militar española y la firma de la Paz de Basilea, por la que nuestro país aceptó la pérdida de la parte española de la isla de Sto. Domingo, y la vuelta a la tradicional alianza con Francia contra Inglaterra. Esta alianza se selló en el Tratado de San Ildefonso, firmado en 1796 y conllevó graves consecuencias con respecto a las colonias americanas, ya que Inglaterra colapsó el comercio español con América, gracias a la superioridad de su flota.
Las derrotas contra Inglaterra llevaron a Carlos IV a cesar a Godoy de su cargo hasta 1801, año en el que vuelve al poder, comandando al ejército español en la “Guerra de las Naranjas", victoria sobre Portugal, fiel aliada de Inglaterra. En 1804, el Emperador francés, Napoleón Bonaparte, declara de nuevo la guerra a Inglaterra. Con la derrota de la armada franco-española frente al almirante inglés Nelson en Trafalgar en 1805, se va generando en España un fuerte movimiento opositor contra la política de Godoy y la dependencia respecto a Francia. La derrota naval de Trafalgar había acelerado la crisis económica, tras la drástica disminución del comercio con América, la disminución de los ingresos aduaneros de la Corona y el aumento del enorme déficit del Estado y avivaron la oposición de todos los sectores sociales del país. De la nobleza, por su desprecio a un advenedizo como Godoy, del clero por su oposición a la desamortización de sus bienes y del pueblo por las calamitosas condiciones de vida. Se comienza a fraguar un grupo de oposición en torno al Príncipe de Asturias, el futuro rey Fernando VII.
A pesar de todo lo anterior, Godoy sigue secundando las órdenes de Napoleón y, con la firma del Tratado de Fontainebleau en 1807, autorizaba la entrada y el establecimiento de tropas francesas en España con el propósito de invadir Portugal. En los primeros meses de 1808, se hizo evidente para todo el mundo que el ejército francés tenía como objetivo no confesado ocupar España, lo que provocó, el 19 de marzo de 1808, el estallido del Motín de Aranjuez, motín popular instigado por los partidarios del Príncipe de Asturias, que culminó con la caída de Godoy y obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo con el título de Fernando VII, decisión de la que se arrepintió pronto, intentando recuperar la corona. Esta coyuntura fue aprovechada por Napoleón que se presentó como árbitro entre padre e hijo, convocándolos a una reunión en la ciudad francesa de Bayona, dónde los forzó a abdicar en su hermano José Bonaparte.
Goya. La Carga de los Mamelucos
Las abdicaciones de Bayona y la evidencia de la invasión francesa alimentan el descontento del pueblo español. Será el famoso 2 de mayo de 1808, el día en que se inicie, en Madrid, la rebelión contra el invasor que conocemos como la Guerra de la Independencia (1808-1814). El 2 de Mayo se caracteriza por ser un levantamiento popular protagonizado por miembros de las clases trabajadoras, en su mayoría, y supone, por ello, la aparición de las masas en la vida política española. Los franceses lograron controlar la capital reprimiendo con dureza a los madrileños pero no consiguieron evitar la extensión de la rebelión a otras localidades españolas.
El exilio de los Borbones y el rechazo a José Bonaparte produjeron un vacío de poder que posibilitaría la quiebra del Antiguo Régimen en España. Para hacer frente al invasor, se constituyen las Juntas Provinciales, que asumen la soberanía en nombre del rey ausente. En septiembre de 1808, las Juntas Provinciales se coordinaron y se constituyó la Junta Central Suprema, presidida por Floridablanca, que se estableció como órgano de gobierno, refugiándose de los invasores en la Isla de León en Cádiz. Pese a que gran parte de los miembros de estas juntas eran conservadores y partidarios del Antiguo Régimen, la situación bélica provocó la adopción de medidas revolucionarias como la convocatoria de Cortes extraordinarias en Cádiz, acto con el que iniciaba claramente el proceso revolucionario. Finalmente, en enero de 1810, la Junta cedió el poder a una Regencia, lo que no paralizó la convocatoria de Cortes.
Goya. El "Empecinado"
Mientras, tratando de atraerse a la opinión ilustrada, el nuevo monarca José I publicó el Estatuto de Bayona, Carta Otorgada, que concedía algunos derechos más allá del absolutismo. Los seguidores de José I son, fundamentalmente, miembros de la Administración que continúan en sus cargos, aunque también hay intelectuales como Moratín. Se les conocerá como “Afrancesados” y justificarán su apoyo a la ocupación francesa en la imposibilidad, a su juicio, de ganar la guerra. De ahí que fuera preferible, en su opinión, que se mantuvieran la unidad de España y sus colonias bajo el nuevo monarca y que se emprendieran las reformas que necesitaba el país siguiendo el modelo francés. Entre estas reformas destacaron la desamortización de los bienes de los conventos, una reforma fiscal y la eliminación de las aduanas interiores. En cualquier caso, estas medidas fueron más tímidas que las que promulgadas por las Cortes de Cádiz.
El desarrollo de la guerra pasó por varias fases. Inicialmente, las tropas francesas intentaron sofocar los levantamientos urbanos surgidos por todo el país con acciones como el sitio de Zaragoza. Sin embargo, la resistencia española era tenaz y logró triunfos significativos como la victoria de Bailén en julio de 1808. Además, un ejército expedicionario británico al mando del Duque de Wellington ocupaba Lisboa. La situación era difícil para los invasores y José I tuvo que abandonar Madrid.
Para poner fin a la insurrección, el propio Napoleón vino en otoño a la península, al frente de un ejército de 250.000 hombres (la famosa Grand Armée), ocupando la mayor parte del país (Madrid, por ejemplo, fue tomada de nuevo el 4 de diciembre). Los intentos de contraataque del ejército español fueron infructuosos y culminaron en derrotas como la de Ocaña en 1809. En 1810,  Andalucía era conquistada por los ejércitos de Napoleón, salvo Cádiz que permanecía al margen del dominio francés gracias a la protección de la Marina británica.
La resistencia española entre 1809 y 1811 está protagonizada por la "guerra de guerrillas" La guerrilla, invento español, consistía en pequeños grupos que actuaban en retaguardia, atacando convoyes o pequeños destacamentos y aprovechando el conocimiento del terreno y el apoyo del pueblo. Aunque muchas estaban formadas por militares, abundaron las compuestas por civiles.La acción guerrillera impidió a los franceses controlar de facto un territorio que, en teoría, dominaban. En la práctica, establecieron guarniciones en puntos estratégicos para evitar la reorganización del ejército español. 
A partir de 1812, la situación cambió debido a la decisión de Napoleón de invadir Rusia. Para llevar a cabo la campaña de Rusia tuvo que retirar tropas de otros frentes como España, lo que fue aprovechado por ingleses y españoles. En verano de 1812, el ejército de Wellington, apoyado por españoles y portugueses, inició una ofensiva desde Portugal hacia el Noreste, infringiendo sucesivas derrotas a los franceses (Arapiles, Vitoria, San Marcial). Tras la derrota del ejército francés en Rusia, un Napoleón asediado por sus enemigos no tuvo más remedio que abandonar España y devolver la corona a Fernando VII en el Tratado de Valençay (diciembre de 1813).

Mapa de la Guerra de Independencia
Las consecuencias de la Guerra de Independencia fueron brutales para España. Fallecieron medio millón de personas, aproximadamente, lo que se acerca a un colapso demográfico si tenemos en cuenta que la población española rondaba los once millones de habitantes. A esto hay que unirle los enormes daños materiales (infraestructuras, edificios urbanos..) y económicos ( cultivos arrasados, industrias desmanteladas, ruina de la Hacienda española). 

2. Las Cortes de Cádiz. La Constitución de 1812.

 

La celebración de las elecciones en situación de guerra propició que se reunieran unas Cortes con preponderancia de personas de origen burgués, procedentes de las ciudades comerciales del litoral y con cierto nivel cultural, proclives, por tanto, a la influencia de las ideas ilustradas. Se trata de un complejo proceso que plasmaba el primer intento de revolución burguesa en España, derribando las estructuras políticas y jurídicas del Antiguo Régimen.
Las sesiones de Cortes comenzaron en septiembre de 1810 y predominaban en su composición eclesiásticos, funcionarios, abogados, comerciantes y militares. En las primeras sesiones se produjo la autodeclaración de las Cortes como soberanas y la exigencia de juramento de fidelidad a las mismas. Muy pronto se formaron dos grupos de diputados enfrentados: 
Liberales: partidarios de reformas revolucionarias, inspiradas en los principios de la Revolución Francesa. 
Absolutistas o “serviles”: partidarios del mantenimiento del Antiguo Régimen (monarquía absoluta, sociedad estamental, economía mercantilista).
Entre estos dos grupos se ubicarían los denominados "jovellanistas", que conformaban una especie de tercera vía consistente en la adopción de reformas progresivas que no condujeran a una ruptura radical con el Antiguo Régimen ni que mermaran el poder político de la Corona.
La mayoría liberal, aprovechándose de la ausencia del rey, inició la primera revolución liberal burguesa en España, con dos objetivos: adoptar reformas que acabaran las estructuras del Antiguo Régimen y aprobar una Constitución que cambiara el régimen político del país. 
Las reformas se llevaron a cabo mediante decretos, en los que hay que destacar:
  • Reformas económicas que persiguen la libertad en el campo económico y favorecer la producción agraria e industrial: Supresión del Consejo de la Mesta, reconocimiento de los derechos de propiedad de las tierras y autorización de cercamientos (1813); libertad de precios agrarios; abolición de los gremios; libertad de comercio, de trabajo y de fabricación (1813)
  • Ley de Señoríos (1811): Supresión de los señoríos jurisdiccionales y conversión territorial de los mismos en propiedad individual. Supresión de la servidumbre.
  • Incautación y venta de los bienes de las órdenes militares y de los jesuitas (1813) Desamortización de algunos bienes de la Iglesia. 
  • Igualdad de los ciudadanos ante la ley, en asuntos comunes, criminales y civiles. Fin de los privilegios estamentales y desaparición de los conceptos de señor o vasallo y de la servidumbre.
  • Libertad de imprenta (1810) Libertad de Expresión
  • Supresión de la Inquisición (1813)
Aprobada el 19 de marzo de 1812 y popularmente conocida como “La Pepa”, este texto legal fue la primera constitución del país. La constitución de 1812 es uno de los grandes textos liberales de la historia, siendo muy célebre en su tiempo y teniendo enorme influencia en las posteriores constituciones europeas y americanas. 
Los diputados liberal Agustín Argüelles, Diego Muñoz Torrero y Pérez de Castro son las figuras más destacadas en su elaboración. Fue una constitución extensa que constaba de 384 artículos.

Estos son los rasgos principales de la Constitución
  • Soberanía nacional. El poder reside en la nación, idea opuesta a la soberanía monárquica. Por tanto, monarquía constitucional parlamentaria, basada en soberanía nacional y separación de poderes.
  • División de Poderes:
-Poder legislativo: Cortes Unicamerales
-Poder judicial: tribunales
-Poder ejecutivo: Rey, pero con importantes limitaciones:
Sus órdenes deben ir ratificadas por la firma del Ministro correspondiente.
No puede disolver las Cortes.
Veto suspensivo transitorio durante dos años, tras ello la decisión de las Cortes se convierte en ley.
Nombra a los ministros, pero estos deben ser refrendados por las Cortes (“doble confianza”)
  • Derecho de sufragio. La nación ejerce su soberanía mediante sus representantes en las Cortes, elegidos por sufragio universal masculino indirecto. Tienen derecho al voto todos los hombres mayores de 25 años, que eligen a unos compromisarios que a su vez eligen a los diputados.
  • Igualdad de los ciudadanos ante la ley.
  • Reconocimiento de derechos individuales: a la educación, libertad de imprenta, inviolabilidad del domicilio, a la libertad y a la propiedad.
  • Aprobación de la Contribución Única, de la milicia nacional, promoción de la construcción de escuelas elementales, modernización de la administración, organización de un sistema judicial unificado, códigos penal y criminal unificados.
  • El catolicismo es la única confesión religiosa permitida.
  • Carácter electivo de los Ayuntamientos. Se omite toda referencia a los territorios con fueros, lo que equivalía a su no reconocimiento. 
Salvador Viniegra. Las Cortes de Cádiz

 



3. El Reinado de Fernando VII

 

3.1 El Sexenio Absolutista (1814-1820)

 

Tras el Tratado de Valençay en 1813, el mitificado Fernando VII se preparó para regresar a España, en marzo de 1814. El monarca no acudió directamente a Madrid, ya que tenía la intención de tantear a los sectores favorables al absolutismo para lograr su apoyo para desalojar a los liberales del poder. Se dirigió directamente a Valencia, dónde un grupo de partidarios del Antiguo Régimen, firmantes del documento conocido como Manifiesto de los Persas, consiguieron el apoyo de los mandos del Ejército. Gracias a esto, Fernando VII emite el 4 de mayo de 1814 un decreto por el que disolvía las Cortes, abolía la Constitución de 1812 y toda la labor legislativa de las Cortes de Cádiz y restablecía el absolutismo, iniciando una ola de represión sobre los liberales. 
Entre julio y septiembre, Fernando VII continuó con su labor restauradora y restableció la Inquisición y los señoríos.
La situación internacional favorecía a Fernando VII, ya que tras la derrota de Napoleón, las potencias europeas iniciaron en el Congreso de Viena una nueva etapa, la Europa de la Restauración, basado en el retorno al absolutismo y la solidaridad entre las monarquías absolutas europeas.
Respecto a la economía, hay que decir que la situación española era muy grave por la guerra recién terminada. Este panorama se agravó con la restitución de los señoríos en un momento en el que se requería aumentar la producción y la recaudación, ya que el regreso al sistema señorial supone menos ingresos para el estado y mayor presión fiscal para los campesinos. Otro factor negativo es la independencia de las colonias americanas, lo que significa aumento de los gastos militares y descenso de los ingresos, los llamados “caudales de Indias”.
La labor del gobierno de Fernando VI se centró en la represión de los enemigos de la restaurada monarquía absoluta. Más de doce mil “afrancesados” tuvieron que exiliarse del país y se inició una dura persecución contra los liberales.
Muchos militares, entre ellos antiguos héroes de la guerra de la Independencia, optaron por las posturas liberales y para hacer frente a la represión se integraron en sociedades secretas de ideología liberal. Estos militares protagonizaron diversas intentonas de golpe militar o pronunciamientos: Espoz y Mina en 1814, Díaz Porlier en 1815, Lacy en 1817… Todos los intentos de golpe fueron duramente reprimidos.

 

3.2. El Trienio Liberal (1820-1823)

 

En 1820, un pronunciamiento liberal terminó por triunfar. El teniente coronel Riego, que estaba al frente de un ejército acantonado en Cabezas de San Juan (Sevilla) destinado hacia América, proclamó la Constitución de 1812. El 9 de marzo de 1820, Fernando VII, atemorizado, juró la Constitución de 1812.
El Trienio Liberal supuso que, por primera vez, se aplicaba la Constitución de 1812 en una situación de paz , lo que posibilitaba su aplicación a toda España. La obra del Trienio va a consistir en la restauración del proyecto de la Constitución de Cádiz: reforma fiscal con la aprobación de la Contribución Única, recuperación del decreto desamortizador de 1813, supresión de los conventos y mayorazgos, aplicación de la ley de supresión de señoríos que el rey se negó a sancionar.
Los liberales en el poder van a aplicar una política claramente anticlerical: expulsión de los jesuítas, abolición del diezmo, supresión de la Inquisición, desamortización de los bienes de las órdenes religiosas, etc. Todas estas medidas trataban de debilitar a una poderosísima institución opuesta al desmantelamiento del Antiguo Régimen. El enfrentamiento con la Iglesia será un elemento clave de la revolución liberal española.
Fernando VII, trató de obstruir la labor de los gobiernos liberales y el normal funcionamiento constitucional. Esta actitud del rey va a provocar una fractura política que se extenderá durante décadas, la escisión de los liberales en dos grupos:
-Los “doceañistas” pretenderán modificar la Constitución buscando una transacción con el Rey. Para ello, defendieron la concesión de más poder al monarca y la creación de una segunda cámara reservada a las clases más altas. Tras 1833, los "doceañistas" se convertirán en los moderados.
-Los “veinteañistas” pedían simplemente la aplicación estricta de la Constitución de 1812. Conocidos también como los exaltados, serán denominados progresistas tras 1833.
La división de los liberales introdujo una gran inestabilidad política durante el Trienio.
Alentados por el rey, los partidarios del absolutismo se organizaron en guerrillas crearon una y Regencia Suprema de España en Urgel, cerca de la frontera francesa. El fracaso de la Regencia de Urgel hizo evidente para Fernando VII que la única forma para acabar con el régimen liberal era la intervención de las potencias absolutistas europeas.
Tras la derrota de Napoleón en 1815, las grandes potencias absolutistas (Prusia, Austria, Rusia y la Francia de Luis XVIII), reunidas en el Congreso de Viena y coaligadas en la Santa Alianza, se habían comprometido a intervenir ante cualquier amenaza liberal que surgiera en Europa contra los principios de la Restauración (absolutismo, antiguo régimen). Así, reunidas en 1822 en un Congreso en Verona, las potencias acordaron la intervención en España. El 7 de abril de 1823, un ejército francés, conocido como los “Cien Mil Hijos de San Luis”, entró y, sin encontrar resistencia popular, conquistó fácilmente el país. El 1 de octubre puso fin al último foco de resistencia del gobierno liberal en Cádiz y repuso como monarca absolutista a Fernando VII.
Las causas del fracaso del Trienio Liberal son tres: el acoso exterior, la división de los liberales y su incapacidad para buscar el apoyo popular mediante reformas económicas y sociales que beneficiasen al campesinado y a los sectores populares urbanos. En Francia, la revolución triunfó porque supo ganarse el apoyo de los campesinos, la mayoría de la población, dándoles la propiedad de la tierra. En España, tal reforma nunca se planteó por lo que el pueblo permaneció al margen. La revolución española dependía de la burguesía que era una clase social escasamente formada en España, reducida a las ciudades portuarias como Cádiz. Este fue el motivo por el cual el absolutismo en España se mantiene en el poder hasta 1833

 

3.3 La Década Absolutista (1823-1833)

 

El mismo día en que Fernando VII fue liberado por los Cien Mil Hijos de San Luis promulgó un decreto por el que anulaba todo lo legislado durante el Trienio. El monarca trataba de nuevo de volver al absolutismo y al Antiguo Régimen.
Inmediatamente, se inició la represión contra los liberales: Riego fue ahorcado en Madrid en noviembre y se instauró un régimen de terror, caracterizado por las ejecuciones públicas acompañadas de procesiones y festejos religiosos como en los antiguos autos de fe. Se abordó una depuración de la administración, lo que llevó a la expulsión de miles de funcionarios, especialmente docentes. No es extraño, pues, que los liberales denominaran a esta época, la “Década Ominosa”

A. Gisbert. Fusilamiento de Torrijos

Fernando VII buscó la colaboración de ministros que iniciaron reformas administrativas e impusieron una moderación de la política absolutista, como López Ballesteros, que emprendió una reforma de la Hacienda (Creación del presupuesto del estado, etc.) La reforma permitió un cierto equilibrio presupuestario, gracias a la disminución de los gastos militares tras la independencia de las colonias.
El sector más intransigente del absolutismo, en 1826, publica el Manifiesto de los realistas puros, grupo que tenía como líder al hermano del rey, Carlos María Isidro y que compondrán la base social del futuro carlismo (clero reaccionario, campesinos de zonas de Navarros, País Vasco, Cataluña y Aragón, etc.). Este grupo era partidario de Carlos María Isidro como sucesior del rey, ya que éste no tenía hijos varones. Pero, en 1829, Fernando VII contrajo su cuarto matrimonio con María de Cristina de Nápoles. Un año más tarde, nació Isabel. Su concepción provocó que el rey redactara la Pragmática Sanción que anulaba la Ley Sálica de 1789 y permitía que una mujer heredara el trono, como era tradicional en Castilla por las Leyes de Partida. Los partidarios de Carlos María Isidro intentarían revocar la decisión, mientras que María Cristina, para proteger los derechos de su hija, se vería abocada a una futura alianza con los liberales moderados. En definitiva, al culminar el reinado de Fernando VII, tras su muerte en Septiembre de 1833, España estaba, de nuevo, al borde de la guerra civil.

 

4. La Emancipación de las colonias americanas

 

Entre 1810 y 1825 la mayor parte de los territorios americanos de la Corona española consiguieron su independencia. Aunque los Borbones, durante el Siglo XVIII, intentaron mejorar la administración de las colonias y, sobre todo, convertirlas en un inmenso mercado y fuente de materias primas para la economía española, la debilidad del imperio lo hizo imposible.
Diversos factores explican el desencadenamiento del movimiento independentista: 
  • El creciente descontento de los criollos, descendientes de españoles nacidos en América, quienes pese a su riqueza y cultura tenían vedado el acceso a los grandes cargos políticos en las colonias, reservados para los peninsulares. 
  • Las limitaciones al libre comercio y al desarrollo económico de las colonias impuestas por el régimen colonial. Estas limitaciones perjudicaban económicamente a la burguesía criolla. 
  • La presión fiscal que España ejercía sobre las colonias. 
  • La influencia de las ideas ilustradas y ejemplo de la independencia de los Estados Unidos de América. 
  • La crisis política producida por la invasión napoleónica, que privó de legitimidad a las autoridades que representaban a la monarquía de José I en las colonias. 
En el proceso de independencia se pueden distinguir dos grandes etapas:
  • 1808-1815 Los territorios americanos se declararon independientes de la España napoleónica, pero mantuvieron sus lazos con las autoridades de Cádiz, enviando representantes a las Cortes. El inicial desarrollo del independentismo en todas las zonas, menos Perú, se vio paralizado por el retorno de Fernando VII y el envío de tropas desde España.
  • 1814-1824 Se caracteriza por las grandes campañas militares, que se iniciaron en La Plata, zona controlada por los rebeldes, con el apoyo de Inglaterra.
Las guerras de independencia culminaron con la derrota española en Ayacucho en 1824. Esta batalla puso fin a la dominación española en América. Sólo las islas antillanas de Cuba y Puerto Rico siguieron ligadas a la metrópoli.
Entre los caudillos independentistas sobresalen las figuras de San Martín y Bolívar. Simón Bolívar planteó la alternativa de la unidad americana tras el fin del imperio hispánico. Los ambiciones de los nuevos dirigentes, el atraso económico y las dificultades de comunicación, llevaron al fracaso del ideal bolivariano y a la fragmentación política de la América hispánica.
Las consecuencias para España fueron la relegación definitiva al papel de potencia de segundo orden y la pérdida del mercado americano y de los recursos que hubieran podido ser base de un desarrollo industrial y el empeoramiento del déficit fiscal del estado al perderse los “caudales de Indias”

Mapa de la independencia de las Colonias Americanas