1. Los Gobiernos del reinado de Alfonso XII
Entre 1875 y 1885, hay un predominio de los Gobiernos de Cánovas, que pacificaron el país, utilizando métodos autoritarios y favoreciendo los intereses de la clase dominante. La estabilidad del país se forjó gracias a una coyuntura económica favorable, a la victoria sobre los carlistas en el Norte y a la paz en Cuba.
Los gobiernos conservadores promulgaron una Ley Electoral en 1878, que restableció el sufragio censitario (mayores de 25 años que contribuyeran con 25 pesetas anuales como mínimo), una Ley de Imprenta en 1879 que establecía un control estricto sobre la prensa y otras medidas centralistas, como la abolición de los Fueros vascos.
La prematura muerte de Alfonso XII en 1885 abrió el período de la Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902) hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII.
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La Regente María Cristina |
2. La Regencia de Mª Cristina (1885-1902)
La muerte del Rey, y la falta de experiencia política de la Regente, empujaron a Cánovas a institucionalizar el turnismo entre los partidos, promoviendo el Pacto del Pardo (1885) con Sagasta. La situación era bastante negativa para el partido conservador en el poder, debido a la sucesión de alborotos estudiantiles a favor de la enseñanza universitaria, la derrota de los conservadores en las elecciones municipales en las ciudades y ,sobre todo, al desgaste sufrido durante la epidemia del cólera que acabó con la vida de 120.245 personas. Estos factores provocaron que Cánovas perdiera la confianza en su Ministro de Gobernación, Romero Robledo, y decidiera ceder el poder a Sagasta y al partido liberal.
Sagasta ya había gobernado entre 1881 y 1884, pero es en este periodo, el llamado "gobierno largo" de Sagasta (1885-1890), en el que pone en marcha diversas medidas de reforma política:
- 1885 Código de Comercio
- 1887 Libertades de cátedra, asociación y prensa, suprimiendo la censura. Ley del Jurado
- 1889 Código Civil. Reforma del Ejército
- 1890 Sufragio universal masculino
Sin embargo, el sistema de turno siguió basándose en la alternancia de los dos grandes partidos y en la adulteración sistemática de las elecciones, aunque el sufragio universal permitió que los republicanos crecieran lentamente en las ciudades, donde no funcionaba el caciquismo.
El sistema comenzó a entrar en crisis durante la década de los 90. La muerte de Cánovas en 1897 condujo a la ruptura del partido Conservador entre partidarios de Francisco Silvela y de Romero Robledo. Cuando en 1898, la crisis cubana, dejó en evidencia al sistema, se entró en un largo periodo de descomposición del mismo.
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Garrote Vil (1894), obra de Ramón Casas |
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